En el último segundo.
Y aquí estoy yo, con los nervios hechos trizas, con sudor en mi frente, mi boca seca y los ojos hundidos. Todos en rededor mío me miran desconcertados, algunos hasta se burlan secretamente mientras en frente nuestro, esta aquel hombre, mirándome, sin apartar un solo instante la vista de mí, con esa cara tan parecida a un bull dog, con todas esas canas y con su enorme estatura; ni siquiera parpadea, sólo me mira esperando que cometa algún error para sentenciarme.
El reloj de pared marca que aún tengo un poco de tiempo… pero el reloj del hombre marca que me faltan menos de tres minutos para decidirme…
“Aún hay tiempo”, me repito constantemente para relajarme un poco, mas es imposible, el hombre no deja de acosarme, se pasea de un lado a otro y mientras lo hace me mira fijamente, me esta apresurando, cada vez que alzo la vista ahí esta él, con su mirada tan fría sobre mi rostro.
El hombre ahora me marca un minuto para terminar mi desición, 60 segundos que desde luego me parecen muy pocos, y ahora empiezo a temblar, tengo ganas de correr y salir pero eso no serviría de nada, y menos ahora, el hombre esta justo en frente mío, puedo sentir su respiración en mi rostro y el odioso “tic tac” del reloj, todo esto hace que tenga mucho miedo, tengo ganas de llorar, pero debo arriesgarme, no tengo alternativa, ahora sólo quedan 10 segundos al reloj y aún no se que desición tomar……¡¿Qué debo poner?!... ¡A!, si, creo que la respuesta correcta al examen es la opción A, por fin puedo entregarlo e irme a casa… ¡Es increíble, lo termine en el ultimo segundo!
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