Tuvo lugar hace tiempo, una amena y entretenida charla entre un ilustre e importante reportero y un servidor, la cual, resulto ser de alta trascendencia para el insulso, en ese entonces, caballero que se atreve a escribir unas cuantas palabrejas al respecto.
Resultó así, que se hablaba de un tema por el cual me confieso un tanto cuanto obsesionado, que es nada más y nada menos que el proceso de realización personal, y bien, al comienzo de la plática mi mal desarrollado intelecto aunado al sentimiento desbordado que se tiene cuando se abordan este tipo de temas, osó comentar que el hombre solo se realiza al servicio del hombre, lo cual si bien es cierto, no termina por abarcar el amplio contexto de la palabra realización, pese a esto, me fue dada una cátedra de una forma tan sencilla como la siguiente explicación, "perdone usted joven- comento el reportero- pero la realización personal como bien lo dice su nombre, empieza por la persona misma no por las demás, entiendase así, la mejor forma de realizarce como persona es fijarse una meta y buscarla día con día, si no me entiende se lo explico de otra forma- comento burlonamente al ver mi cara estupefacta- si ya se fijó usted una meta-prosiguió- lo que tiene que hacer a continuación es levantarse, trabajar, comer, cagar y dormir, y al siguiente día hará el mismo proceso una y otra ves y sin que usted se de cuenta se habrá realizado como persona".
Si bien ésta plática me ayudó a actuar ante la vida de la forma en la que se me explicó, hay algo que me insta a no sucumbir ante al arduo trajinar de la cotidianidad, lo cual es, la fascinación, porque sin fascinación todo se vuelve monótono, y si la vida es monótona es imposible realizarse, asi pues, solo esto agregaría a tremenda lección de vida que me fue dada. |