¡Que hermoso es mirar como te vistes,
cómo arreglas tus incomodidades.
Cuán formidable eres para el teatro
semejas un dios huyendo de sus demonios,
hundido en su cosmético pellejo...
Después del espejo
luces un rostro de ángel acabado.
Texto agregado el 21-06-2007, y leído por 176
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