Tuvo que desenrollar el canuto y apelar a que su mala racha se habia esfumado
Debia descartar al fierro, Pellagata, Ricardinho, le fue facil. Mildociesntos metros
sobre el cesped de San Isidro, ya estaba oscureciendo y un tordillo se llevo su atencion
y los diez pesos,que se resignaban a volver a su liso estado original. Ganó, claro, (ellos
saben cuando en realidad los neceistas) y pagó 23,15$. Esto le dejaba con casi doscientos pesos
pagando la cuenta a Don Lorenzo, y toda la noche libre con el feriado de mañana.La vida le sonreia.
Fue hasta Liniers, entro al boliche, decidido a encontrar a Candela,
esa flaquita que tantas satisfacciones sabia exprimirle. Se sentó en la barra y la esperó
Pidió una Legui. No tenian. Un J&B sin hielo, entonces. Lo tomó, pidio otro, al rato
pregunto por ella. Como no viene mas?, enferma?, de que?. "Tenia el bicho" dijo la Gaby y
le sonrieron los ojos de gato. Lo habia contagiado, sin dudas, pero no sentia furia ni odio. Pensó
en su novia y en su hija. Las maté a las dos, se dijo. Termino de un sorbo el whisky, pagó, y se cruzó a
la terminal de omnibus. El proximo micro iba a La Pampa. Sacó ida. Le quedaban poco mas de cien pesos.
Se lamentó de no haber traido la bufanda y subio al micro a esperar. |