TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / INKHA / El hombre y el miedo a sí mismo

[C:297263]

El Hombre y el miedo a sí mismo.
Por Ingrid N. Khatcherian

El blanco como una declaración de guerra o una amenaza. El blanco como un desafío, un buen comienzo. La actitud pareciera ser la dueña del juego: el arte como un juego.
Si la mente, las pretensiones, los “yo quiero pintar como”, las exigencias, los requerimientos, el miedo a equivocarse, las incertidumbres; si la ansiedad por llegar a la firma sobrepasa el deseo mismo de pintar, de pasar un buen rato, de buscar nuevos caminos, de experimentar para lograr más belleza, la belleza misma… ¿qué sentido tiene el arte?
Como artistas, a veces, buscamos pintar nuestra Gran Obra de Arte, nuestro propio Guernica, nuestros Girasoles o nuestras Meninas. Eso frena a un artista, esa actitud lo aplasta, lo desincentiva, lo desmoraliza. El buscar parecerse a, exigirse a priori un final de camino o la búsqueda por la consagración, pareciera ser las mejores razones para apagar la mecha sensible que precisa un pincel para adueñarse del mundo, recrearlo. Supone coartarse la libertad de expresarse a sí mismo, quitarse el habla, bloquear y censurarse el nombre.
El reparo a priori no es por el tema, ni por el blanco de la tela sino la propia actitud frente al trabajo que ya ha empezado sin que nos demos cuenta. El reparo está en la exigencia, cuando el deseo se adueña y condiciona, cuando nos exigimos ser otros, cuando nos olvidamos de ser nosotros mismos.
En toda alma inquieta que tiene sed de saber, hay un artista. Y la experiencia se vuelve la más bella escuela. El artista es un buscador insaciable con deseos de experimentar y encontrar nuevas razones. Indaga combinaciones que hallen en el blanco otras oportunidades y desafíos. Pinta intensamente no por la obra sino por sí mismo, que se alimenta no de la obra sino de su búsqueda.
La actitud parece ser la autenticidad para poder cambiar algo, transitar caminos andados, recorrer los propios, lograr un antes y un después de cada blanco todo el tiempo.
Las “reglas del arte” se van incorporando. El desafío es lograr pintar mensajes del espíritu sin ninguna razón directriz, sino por una gran vocación y disfrute. Porque las limitaciones del quehacer artístico son las limitaciones del propio espíritu.
La actitud parece ser la de experimentar - sin miedo - el desarrollo y la metamorfosis que puede sufrir positivamente una obra, si acaso estamos dispuestos a escucharla, aprender a mirarla, verla, comprenderla y, por qué no, vivirla.
Todo artista tiene algo de “autodidacta en formación permanente”, porque no termina de consagrarse nunca a sus conocimientos adquiridos sino que siempre tiene la posibilidad de encontrarse y descubrirse en una nueva obra. Tiene la oportunidad de poder mutar en cada cuadro y evitar repetirse a sí mismo, soslayar la muerte de una fórmula de trabajo adquirida; mucho más dificultoso que “pintar académicamente bien”. Todo un desafío.

Texto agregado el 20-06-2007, y leído por 86 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
22-06-2007 Muy buenos tus trabajos ymas porque son de alguien que lo lleva a la practica. Escribe conmas sensaciones quien vive lo que escribe. oski
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]