Ell discurso del hombre era al teléfono, hablaba en voz alta en actitud reflexiva; decía en forma enfática: 
  
La parte más decorativa de la casa es el conjunto. Si bien los obeliscos tienen de misterio su orientación a un punto exacto del cosmos no es muy frecuente y mucho menos lo es,  encontrarlo en mi recámara apuntando al infinito. 
Hermoso es el obelisco diamantino;  va mutando  colores de diferentes luces del  ambarino al rojo; su estructura es cristal .   
 
Se yergue como un misíl dirigido hacia el techo. El  techo de mi cuarto tiene una   cúpula, como un palomar de ventanales cóncavos; éstos  se abren  y se cierran en dos partes en los  momentos en que los  censores térmico de sus cristales,   reciben la más ligera señal de ondas de calor;...así permiten  el flujo de intercambio entre el obelisco, con   "los ellos"  que se encuentra en algún lugar del espacio sideral.  
 
...Por supuesto, describir un observatorio le es fácil a un astrónomo; pero a una persona común como yo, no. Compré esta casa con todo y obelisco  plantado.  
 
Los antiguos dueños,  nunca pudieron  dar con  la razón de ser  de ese artefacto; éste se encuentra   en medio de mi recámara - y se levanta desde el piso inferior -.  
Cuando intentaron alterar la posición del obelisco por diversos motivos,  se   encontraron con la resistencia fenomenal del objeto para cambiarlo de sitio.  
 
Pues bien, el  obelisco ha preservado su terca posición,  a pesar de las  miles de maniobras que  han intentado por  quitarlo de ahí; la han intentado  usando  una grúa  de alto tonelaje.  
 
La resistencia del obelisco ha sido brutal, al punto de doblar a una  grúa  gigante  que jalaba para sustraerlo del piso; se rompió el malacate de la grúa y deshizo la casa al caer sobre ella;... creeras que  el obelisco permaneció inmutable.  
  
Igual  han tratado de  socavar los cimientos del obelisco;  las máquinas o tractores perforantes,  han quedados romos al desgaste, ante su arraigada necedad  por moverse.  
 
Entiendo que hay cosas de permanente resistencia que habrían  de respetarse ; tener que hacer un impasse y no luchar con esa resitencia.  
  
La  inmutabilidad del obelisco puede obedecer más a  circunstancias aleatorias; te lo digo yo que aún siendo dueño del obelisco, en algún momento he pensado  que declararme "dueño de él" sería solo un decir; sí...,  como si  todo esto consistiera en trasladame  de  a un  lugar a otro y compartir "eso" que solo te da  ilusión de pertenencia. ¿Tu me entiendes verdad?. 
 
...Si te digo que el obelisco me pertenece es algo tan arbitrario como decir "es mi vida", es "mi amor", en fin decir "es mío" es toda una estupidez.  
 
En ocasión de ver al obelisco tan apegado o arraigado a lo suyo, sea a lo que sea,  estará determinado por aquello que propicia su inmutable posición. 
 Nada lo moverá,  solo si y a menos que existan las circunstancias para que en algún momento por razones inexplicables sufra algún cambio; así como ahora resulta inexplicable su resitencia a moverse. 
 
¿Si yo te pidiera a ti  que no pienses en elefante lo harías?; bueno ¡hasta aquí de necedades!. Ahora cuelgo. ¡Hasta pronto!,...Click. 
  
Esa noche el hombre fue  al bar a tomar unos martinis ;  a compartir con otros  los motivos de su arraigado apego por su casa; ellos acostumbran narrar  sus aventuras o desventuras de pertenencia. Livan  a morir hasta el amanecer;  celebraban cada viernes una  noche más de aparente desapego. 
  
 Esa noche como siempre;  tal como siempre -en fin de semana- la sesión de fuegos artificio estalla en castillos multicolores, en estrellas de iluminate  trance evanescente. 
¡Si hubieran visto  la cara de sorpresa de los espectadores asistentes con la boca abierta de asombro, no lo creerían!; miraban  estallar el coheterio,  cuando uno de esos  fuego de artificio,  inexplicablemente se  siguió de frente en  ascendente trayectoria hasta confundirse como un punto luminoso,  en la miriada de giños titilantes del  cielo.  
 
 
¡Esa noche!; ¡Precisamente esa noche¡; el obelisco desapareció. 
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