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... Y en esa tarde triste y lejana lo volvió a ver, solo un segundo, un perpetuo instante, una daga que la volvía a desgarrar, esa sombra que la hizo temblar apareció entonces y con ella esa sonrisa temerosa que luego odiaría por no saber si entregarla o ignorar ...
... y se detuvo otra vez, otra vez y el paso, solo paso, y las calles pasaron, y la gente paso, pero ella seguía en ese mismo giro de la vida, en su eterna danza sin final, seguro buscaría consuelo en el alcohol y en alguna canción que le volviera a repetir el mismo poema que el jamás le regalo ...
... pero el cielo hoy le Daria un respiro y en una pared quebrada, en una calle cualquiera de esta gastada ciudad, algún perdido dejo su epitafio para que todos supieran que ahí, en un día ya lejano y que nadie recordara jamás, también confuso y herido entrego su corazón, "ahora que he perdido todo, solo queda la libertad" ...
... como una frase lejana y ajena puede golpear tan profundo?, aun se lo pregunta algunas veces, así como cuando nada queda y no buscas nada y la nada te busca en todo, en el vacío, en la complejidad, en la monotonía y puedes ver que ya no hay sueños para escapar en otra noche ni cielos verdes a los cuales remontar de mañana ...
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