Me siento extraño,
desafortunado.
escapa mi alma de mi cuerpo
y la tinta de mi corazón se agota.
amo la poesía,
y me amo siendo parte tuya,
la amo siendo parte mía;
pero cada vez a mis ojos alimento de ella,
creo que lo empiezo a detestar,
pues es que mientras más leo
menos escribo;
podría hacerlo,
pero no sería poesía,
sería una fábrica
no un parto.
El pasado fue un tiempo de agobio,
en que mi alma en desespero
se dejó ver entre líneas de poemas,
pero creo que hoy tengo miedo
y mi alma se esconde,
cada día escribo menos
y amo más la poesía. Mierda.
Cada día quiero escribir más
y alimento mi alma
de inspiración ajena.
Quizás soy una anomalía,
quizás estoy enfermo,
pero espero
que no sea una pandemia,
para no terminar viviendo
entre almas escondidas.