Hoy voy a tomar de tu vino, aquel que siempre tienes a mano a la hora de la cena y voy a darte un abrazo y un beso, por que no creo que recuerdes, definitivamente los años han pasado, cuando me hablabas, allá en la infancia, de la vida, de la verdad y de los sueños, del trabajo y de los estudios, cómo jodias con los estudios.
Tampoco creo que recuerdes aquella bicicleta que me regalaste según vos, para recorrer el mundo, ni la noche de navidad que nos amanecimos jugando con los regalitos, habia un disfraz de indio con flechas y arco incluído, un balón de fútbol, un sombrero de vaquero, un telescopio y una pistola interestelar, eras muy imaginativo no?
Sí, imaginativo y correcto, si hasta cobraste un penal contra mi equipo cuando hacías de árbitro, dejáte de joder viejo... te dije y vos querías sacarme del campo de juego. Hoy, cuando algo es correcto, pienso en ti.
Y, ¿qué quedó de aquel tiempo feliz?, me quedaste vos como el legado más bello de aquella infancia inolvidable. A veces miro tus ojos y pareces no recordar, pero yo sí recuerdo ¿cómo podría olvidar todo lo que hiciste por mí?
Yo sí recuerdo que hoy es tu día, y he venido a darte un saludo sincero, un abrazo, un beso... viejo querido. |