Sé que es día propicio para la memoria
cuando mi lengua lame la herida de tu desierto.
Descorro las cortinas de sol a medianoche...
sin manos penetro tu fantasma
sin ojos vislumbro pájaros enlazados por el fuego
sin oídos percibo el eco mojado de naves
amorosas.
Balbuceo una plegaria onírica...
abato la distancia.
Arriesgo la sonrisa en cierta anécdota
recojo una flor en mi pelo
me calzo el collar del pasado
sobre el pellejo
me voy de juerga
para recorrerte sin límites.
¡Tiemblo de impaciencia!
¿ Será hoy mi lengua sanadora?.-
Texto agregado el 16-06-2007, y leído por 167
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Lectores Opinan
25-07-2007
Realmente en el balbucear de una plegaria en sueños, abates las distancias. Poetacacho
07-07-2007
Así es, ganas de quedarse en la belleza. MUY b eustaquio