Encerrado entre cristales
advierto pasar mi vida
en reflejos.
Es fácil, somos mortales
y el alma se vuelve pálida;
me hago viejo.
Es la idea de mi destino
la que aprisiona mi pecho,
como trampa.
Pues nada cobra sentido
y todo y nada esta hecho;
se va el alma.
Texto agregado el 15-06-2007, y leído por 85
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