Amor, Muerte y Olvido
Tan solo observa, contempla fríamente lo que has hecho, ¿es esto lo que querías, es lo que tanto deseabas?, pues disfrútalo. (La rabia me consume, la carne se desgarra). ¿te agrada lo que haces?, te gusta sentirte poderosa, la dueña de todo y de nada. Manejas el mundo a tu antojo, no piensas en el daño que haces. Guárdate tus palabras yo no quiero ya oírlas, son mentiras, viles mentiras con las que ocultas tu egoísmo. Ya no las quiero, ya no esperaré por ellas con la mirada brillante, ya no voy a arrastrarme por conseguirlas, tal vez me detestas, tal vez siempre lo hiciste, o ha sido sólo una manera de sentirte poderosa.
Fue mi error, nunca debí darte nada, jamás debí ofrecértelo todo, tu nada de esto merecías. Ahora te detesto, ¿no es acaso lo que querías?, te odio tanto que te golpearía, disfrutaría viéndote llorar, desgarrándote por dentro como yo me siento ahora. Te me has incrustado, te me has atado al corazón, no eres más que una sucia sanguijuela que vive de la sangre de sus víctimas, y las manejas a tu antojo, hasta vaciarles el corazón.
Eso es todo cuanto has hecho conmigo, me has destrozando, y yo voy a destrozarte ahora, voy a arrancar fibra por fibra cada pedazo tuyo que vive en mi, te has alojado en mi interior, y sin importar la manera, saldrás de él.
El dolor físico aminora mi agonía poco a poco, el alma se adormece bajo el cuerpo desgarrado, emanan mis penurias por la carne abierta inundándolo todo. Me ahogo lentamente entre el carmín de mis lamentos.
¡¿por qué?!, ¿por qué no puedo arrancarte de mi?, por más que intento sacarte de mi corazón y arrancarte de mi mente no puedo conseguirlo, y ante el fracaso mi alma llora, se lamenta mi cuerpo. ¿De qué manera puedo liberarme de toda esta agonía?. Intento destruirte y no consigo sino destruirme a mi misma, eres un parte esencial de mi ser, indispensable y brillante, y aunque intento arrancarte sigues ahí, toda yo destruida y tú, frente a mi, con una gran sonrisa, alegre , imponente, poderosa, con aquella sonrisa que solía darme vida, pero que ahora me acongoja pues no es para mi.
Sólo ahora lo comprendo, no importa cuanto haga, todos mis intentos por quitarte de mi mente son en vano, sólo puedo aprender a vivir contigo en mi interior, sólo así la herida podrá cerrar, aunque nunca cicatrice. Puedo aprender a vivir con ello... o a morir con ello.
La carne, una vez desgarrada, por mucho que intente unirla otra vez, jamás quedará como al comienzo, y toda la sangre una vez perdida, no regresa a las venas abiertas. Ahora lo comprendo, ahora lo entiendo, y veo como fluye el tibio carmín entre mis ropas, mi odio me ha condenado, pero fue el amor quien me dio la muerte.
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