En cada momento estoy en una formación de mi capacidad de tener forma. La serie de formaciones que he logrado efectuar – debido a mi capacidad de tener forma – a lo largo de mi vida es mi ser óntico (ese ser está compuesto por el modo en que mi capacidad de tener forma ha reaccionado ante causas que podríamos llamar fortuitas, las cuales jamás podrán ser todas las posibles, aún así el ser óntico (que es producto de la experiencia) podremos decir que es un ser definido).

Mi ser ontológico es mi capacidad de tener forma, como si ya tuviese en sí el potencial de toda la experiencia de todas las posibilidades.

Notemos un fenómeno: lo que existe, lo real, lo sensible, no es lo único que experimentamos y por lo tanto no es lo único que nos conforma, olvidamos (y lo olvidamos) que igualmente experimentamos en sueño y, no todo lo experimentado en sueño pertenece a la misma data que la del mundo sensible ¿Es el ser ontológico anhelando su espacio? (¿Cómo el pez en la pecera anhelando el río? – sólo que lo “real”, lo que “existe”, lo “visible”, es la pecera) ¿Cómo sabe el ser que sueña de otros espacios?
…

Sin embargo la vida (¿La vida en la Tierra, ahora?) no es más que un espectro de data – Ahí cabe el ser óntico con ayuda de bombeos de oxígeno que le imparte el ser ontológico.
El ser ontológico abarca un espacio imposible.

(Recomiendo escuchar (youtube) Colder- Slow Descent, mientras se lee esto.)