PUERTO Entre de venir y de volver hay una sonrisa desierta. Venir de aquí o volver de aquí. El regreso pesca muerte, la vida vuelve de lejos, se eterniza pastando nubes sin ojos que toquen desde el cielo. Cuando deje de caminar no me detendré a ver por la ventana ni en amar a un pez vela. Estoy allá y sólo aquí con el oficio de vivir, miro. El arraigo premonición, es un temor congelado, navío de la sedentaria tristeza.
Texto agregado el 14-06-2007, y leído por 174 visitantes. (5 votos)