El beso abstraído,
como el labio que le da vida,
como la cadena unida
al bocado ensordecedor
del que manan todos los sonidos,
todas las orquestas
bramando al unísono.
El beso absorto,
ensimismado en el hecho,
en el roce y la cascada química
que lo acompaña sin la que no es,
sin la que no tiene sentido,
ya que sin ella
no es más que un golpe de piel con piel.
El beso distraído,
dormido o semidormido,
inconsciente, mecánico,
droga sin la que no se puede vivir,
o si se vive no se siente la carne,
no se palpa la cadencia
del ritmo de la energía vital.
Tu beso,
aquel que siento sin que me lo des,
el que resbala por mi mejilla
aun sin existir,
el que sale de tus labios
mientras me miras desde lejos,
justo enfrente entre tu silencio
y mi hablar rápido,
entre tu nerviosismo
y mi deseo vehemente
con el ímpetu de este amor
que me desborda
aun sin saber si es cierto
o solo es el ansia de amarte
o la obsesión por exaltar el sentir.....
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