El día que nuestros caminos se encuentren,
nos reconoceremos y caminaremos juntos.
Viajaremos por el mundo de las aventuras interminables,
a través de trenes nocturnos y mochilas livianas.
Recorreremos los desiertos y playas silentes de olas eternas,
recorreremos los maravillosos Andes de mi país,
bajo el cielo azul profundo y las nubes de algodón,
entre extensos campos y bellos bosques y punas.
Visitaremos tantos de esos pueblitos lindos y profundos,
cantaremos en las cuevas, bailaremos alrededor de las fogatas.
Nos abrazaremos y nos cuidaremos mucho,
comeremos y tomaremos algo rico y simple,
y conoceremos muchos seres humanos,
de todos los colores, tamaños, orígenes y formas.
Y aprenderemos algo de todos y cada uno de ellos,
del legado de sus culturas ancestrales,
de los restos imponentes de lo que una vez fue un poderoso Imperio.
Sembraremos esperanza, amor y paz,
porque la humanidad tiene tanto que ofrecer.
Y este planeta maravilloso
tiene tanto por conservar.
Nos unirá nuestro profundo amor y respeto
por Dios,
por la naturaleza,
por el universo,
por nosotros mismos.
El día que nuestros caminos se encuentren,
nos reconoceremos y caminaremos juntos.
Y ya no tendremos más dudas,
porque yo seré tuya y tu serás mío,
y nuestro amor será eterno.
Eterno e infinito,
por los siglos de los siglos.
Amén.
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