"En la orilla de este infierno hueco, miro el vacío" El cuenco de tus ojos llenos de nada, como tu calavera que en mi mano reposa y a quién pregunto una y otra vez: "¡Ser o no ser!". Como siempre silencio. Tu belleza, otrora, cubrió tu ser lleno de nada y tu silencio el vacío que manabas. Ahora sin ella todo se ve: Nada y vacíos. Vacíos que tu silencio insiste en tapar. No, tu calavera no miente, hueca estás. __
Texto agregado el 09-03-2004, y leído por 277 visitantes. (2 votos)