… Entonces el viento aterrizó estrepitosamente en la playa de Trupsi beach, montado en un idea pesimista que flotaba y hería las mentes con flagrantes oscuridades…
Se fundió con la arena blanca de aquel terruño desconsolado y abrazándola, fue una sola fuerza voraz… un efluvio aterrador e irreverente que hervía entre las costas.
Era un día de julio desprevenido y acezante… una burbuja letal de abrasadoras pautas… una bocanada de sal y marejadas turbias de un irremediable ardid… La furia de la madre naturaleza… era la roja epidermis de un verano asesino que se pertrechaba bajo las ululantes palmeras de aquél paraíso destinado a perecer…
…Entonces el viento aterrizó estrepitosamente en La Playa de Trupsi Beach… Sin amilanarse ganó terreno entre las barcazas, entre los muelles, digitando una nueva orografía en el océano esmeralda… empinadas murallas de agua, como estigmas de una inminente desolación, refluyeron del vórtice mismo de la espuma… Se escucharon ajadas voces desgajadas del gentío… un éxodo de puntos humanos auto evacuándose en desesperada huída… y entonces… ¡Cómo explicar lo que queda después que sobreelevas la mirada!… algo tan parecido a una nada inverosímil de cielo y agua penetrándolo todo… esa suerte de invento aterrador que se aquerencia en los distritos cerebrales de la náusea más intolerable y descompuesta…
Ese día, tan solo vi desaparecer … sentí desaparecer… creí desaparecer… o tal vez solo me adormecí de oráculos insípidos de una obtusa tarde de demonios… y cayeron sin más todos mis afectos desprevenidos en el tiempo…
Esa noche tan solo sopló la brisa, y cayeron letárgicamente los hologramas de trupsi Beach…