Lugar Histórico.


El otro día, creo que fue un feriado, el viernes santo, o tal vez fue otro, no lo recuerdo muy bien, yo andaba sobre una micro por Avenida Matta, no tenía muy claro hacía donde iba o quería ir, pero al ver la calle San Diego decidí bajarme, creí que en ese día podría caminar hasta el persa Bío-Bío para cachurear un rato, pero no estaba muy seguro si este recinto estuviese abierto aquel día. Caminé hasta que llegué a La Alameda, y nunca encontré el famoso persa... después de meditarlo un rato me di cuenta de mi error, debía tomar el camino opuesto, o sea, hacía el sur y yo caminé hacía el norte, eso me recuerda una anécdota que me pasó, cuando un día quede de juntarme con una amiga a la salida del metro Moneda, pero no sabía cual, así que espere a la chica en la salida sur y ella me esperaba en la norte, al final yo fui a la otra salida y ella me fue a buscar a la salida donde yo estaba, en ese tiempo no tenía celular y en realidad, no eran muy masivos ni famosos en esa época. Al final, nos encontramos en el túnel, después de una hora de idas y venidas. Ella se sentó en las escaleras del acceso norte y ahí la vi, ella me sonrío y yo, qué mas iba a hacer que sentarme y contarle mi pequeño periplo por el metro y reírnos de lo absurdo de nuestro encuentro. Una vez, hace mucho tiempo, me perdí en el metro como una hora sin dar con la combinación correcta, pero me desvío de lo que realmente quiero contar. El asunto es que al llegar a La Alameda, no sabía muy bien que hacer así que decidí seguir hacía el poniente por esa avenida. Llegue a la Plaza de La Constitución, miré a los perros vagos que todavía duermen ahí; pasé por fuera de la Torre Entel; pasé por La Avenida Brasil; pasé frente al Supermercado Alameda y miré el edificio que está al lado, que parece ser un preuniversitario. Miré la iglesia de los Salesianos, me senté en la fuente de agua que está enfrente, algunas gotas de agua me caían en la espalda, se sentía el sonido del agua cayendo en la fuente. Después me puse a mirar a la gente que salía del metro República, me dio cierta nostalgia... seguí mi camino hasta llegar a La Estación Central. Entré en una de sus galerías; llegué hasta el cine, me detuve un momento y dije sin pensar: lugar histórico. Un guardia que estaba cerca mío dijo: sí, claro que lo es, este edificio data de 1851 y... después de que aquel ilustrado guardia, me diera toda una charla sobre los altos y bajos históricos de ese mítico recinto, me quede sentado en una banca mirando una heladería, la Savory que esta frente a la entrada del Cine Hoyts, pensé en Sofía, y como hace casi un año atrás, compartíamos un helado que se nos chorreaba en las manos y ella, con su resplandeciente sonrisa lo arreglaba todo, me acorde de cómo ella se reía cuando en mis infructuosos intentos, trataba de no mancharme la ropa, era fácil la vida entonces, era como ser niños, me gustaba sentirme así. Es increíble que ella ya no este, un año ya. Sin embargo, no me sentí triste, tampoco me sentí solo, a pesar de estarlo, me sentí acompañado. Claro que es un lugar histórico para mi, pensé, pero por otras circunstancias...