Hoja En Blanco
I

Hay una hoja en blanco sobre el escritorio. Tengo un lápiz en la mano derecha y un cigarrillo en la izquierda. El humo me hace llorar. O tal vez sea tu ausencia la que me ha provocado esas lágrimas. Tan cerca de ti que podría abrazarte, pero tan lejos de tu corazón...
Quisiera decirte cuánto te quiero. Quizá lo haga. Tal vez me escuches. Tal vez no.
Hay tantas palabras de amor que nacen de mi corazón y circulan a cada instante por mis venas. Muchas de ellas fluyen por mis ojos y por mis manos. Pero pocas han llegado a mis labios. Aún así, creo que las has escuchado. Han escapado de la prisión de mis labios en forma de suspiros.
Algunas otras se han disfrazado para que no las descubras, pero aún así tu las reconoces. Tu sabes que te digo que te quiero, aún cuando no digo nada.
Algunas ocasiones, cuando son muchas las palabras que se acumulan en mi interior, cuando no puedo abrazarte ni darte un beso, vengo a éste mismo lugar y repito el ritual. Tomo una hoja, un lápiz y enciendo un cigarro. Dejo que fluyan rios de palabras hasta formar un mar de amor.
A veces me considero un mago, pues convierto una hoja en blanco en un poema de amor. Pero no soy mago, simplemente un hombre enamorado de una maravillosa mujer. Y no hago magia, ésta ya existe entre tu y yo. Aunque yo prefiero llamarla "Amor".

Martin Dario Reyna Rosete
Nitram
Cd. Mendoza, Veracruz, México
13 de junio de 2006
11:15 pm