Con su cara pálida de tanto susto, corría entre las matas de trigo que no lo dejaban avanzar.
Atrás de sus pasos, lo seguía esta sombra oscura, que no lo dejaba descansar.
Con un nudo en la garganta sentía deseos de gritar, pero era tanto el susto que solo atinaba a escapar.
Mientras su vida pasaba a mil por su mente, también pensaba que tiempo a tras le habían advertido de esta sombra. Se decía que se trataba de un alma sin rumbo, que se alimentaba de piel humana, solo cuando había luna llena.
Tanto tardo en correr, que finalmente la sombra lo alcanzo !!. Lo tomo de su espalda y, empujándolo a la tierra, simplemente se lo devoró y sin compasión alguna, saboreo su piel y alimento su sed.
Pobre peón, que sin oportunidad alguna no pudo escapar.
La luna desaparecía, dando origen al amanecer, que aparecía entre los matorrales, creando un triste día, sin rastros de este ser.
Tiempo después, se comentaba en el pueblo que habían visto a este peón, deambulado por estos matorrales.
Aterrorizados todos, solo atinaban a cerrar sus puertas con candado.
También se decía, que raptaba niños, para obtener su piel fresca, y así crear una nueva piel para su cuerpo, carcomido por aquella sombra misteriosa.
Tanto fue el caos que se provoco y fueron tantos los niños desaparecidos, que formaron un grupo de guerrilleros; Con hachas y palos, se acercaron a estos matorrales para atrapar este ser moribundo.
Solo encontraron a la sombra. El único y triste resultado, una masacre sin fin. La sombra, expandió su manto oscuro, absorbiendo toda fibra humana, dejando solo rastros de sangre.
El peón maligno, enemigo de la sombra, decidió enfrentar a su retador oscuro. Ofreciéndole un duelo en el infierno, a cambio del regreso a la vida y su piel.
Se dice que este peón ganó esta batalla, y ahora se le conoce como Satán. Desde entonces cesaron las masacres en el pueblo, y los peones hacen tratos de fortuna, a cambio de sus respiros y luz.-
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