Observo los rostros de las existencias
que caminan por mi lado sin advertir la mía,
introduzco mi mirada en las suyas,
me pregunto
como esconden aquellas íntimas tristezas,
cuando las mías se alborotan,
transformando en espejismos mis ojos,
silenciando mis sonidos,
oscureciendo mi imagen,
alineando mi energía.

Vuelvo a buscar en las pupilas
de aquellos que sugieren desentrañarme,
en el intento, siempre fallido,
de disipar, aún por un momento, mis evidencias,
eludo mi presencia ante el temor
de no hallar aquello
que lo inevitable me arrebató repentinamente.