El pueblo venezolano es amable y pacífico – lo decimos porque nos enseñaron a decirlo, porque la publicidad nos lo demuestra y porque es bueno y venezolano decirlo. Decirlo nos une. Decirlo nos hace quedar bien, atraer simpatías, etc. No sabemos cómo reaccionar cuando por ejemplo a un italiano* lo asesinan a las dos horas de estar en Caracas para robarle un reloj de oro. Nos vemos obligados entonces a considerar al italiano como un hijo de puta que viene con su oro extranjero a provocar a nuestro pacífico y amable pueblo. Pero, por falta de noción de logos somos incapaces incluso de así considerar. Terminamos convertidos en seres sumamente ofendibles cuando lo que sucede contradice las palabras que nos unen.
… y todo intento de logos no es más que una provocación, falta de sentido patrio, de amor al país (se suponía que la palabra representa, menciona, nombra, ayuda… pero también puede servir para todo lo contrario, en este último caso la palabra no es logos. En Venezuela carecemos de logos)
Vale preguntar – y esto es sumamente ofensivo - : ¿Puede un pueblo que hace culto del asesinato, para el cual la vida no vale un carajo, ser pacífico? La incapacidad natural de hacernos estas preguntas da a entender todo lo que se puede desear decir sobre el logos (la palabra con sentido y representación) en Venezuela.
(El problema es como una falta de contacto, un temor al contacto… ¿Un temor a una mala educación?)
* - vamos: este es un casito entre cientos mensuales, sirve como ejemplo. Una vez vi una postal de Caracas, y el Güaire había sido pintado con marcador azul por la compañía que hizo la postal, también ilustra perfectamente lo que quiero decir (desconozco el nombre de la psicopatología)… el es comportamiento típico, patriota, que caracteriza a la venezolanidad y que con toda justicia nos convierte en el pueblo hazme-reír por excelencia
(a parte de hermosos paisajes no hay más que coba y una insoportable idiotez asesina proveniente de una inercia (genocidio, saqueo y esclavización ¿Consecuencias? Hacinamientos de locura y una clase “privilegiada” (atestada de sistemas de seguridad) absolutamente idiotizada en absolutamente todo su ser, seres cobardes, despreciables, estúpidos y ciegos, perdedores y malos perdedores – sin embargo la posibilidad es inmensa, inmenso lo que puede, pudiera, surgir de las cenizas)
|