Tengo hambre de chocolate, sí , sí , chocolate.
De ese puro, algunos llevan almendras, partir un trozo, dejar que se funda con la lengua. Y jugar con ella a encontrar pedacitos de historias. Salta el gato en tu regazo, salta un beso en tus párpados cerrados.
Chocolate, del blanco, me trae recuerdos de pan, merienda, Espinete, DonPinpon y Gargamel con los pitufos regañando.
Hoy que estoy tontilla, llorosa, feusca y quejumbrosa, me voy poner el pijama más blandito, voy a apagar el teléfono móvil y mi cabeza. Y no habrá nada más cuando muerda un trocito de chocolate que me deje la lengua queriendo morder más, y el corazón sin añorar una pena.
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