Ver tu rostro establecido en cada dimensión de una mirada; esa sonrisa cubriendo dos mejillas regordetas; el clamor de lo que se ama hecho facciones. Sentir la vida reflejada en dos manitas de agua, perfectas y diminutas; blandas; tuyas; como un calco de esos horizontes que te hicieron hombre. Y sos vos el que ríe y corre por los pasillos de la casa; el que se convierte en niño presumido o ángel endemoniado bajo esos pies desnudos; balbuceando un mismo ritual de palabras; en busca de dar u obtener ternura con sus gestos...
La vida tiene esas extrañas circunstancias que en cíclicas miradas renueva lo que más hemos amado...
Texto agregado el 08-03-2004, y leído por 382
visitantes. (9 votos)
Lectores Opinan
09-03-2004
Es hermoso descubrir en los hijos rasgos del ser amado y si uno se ha desenamorado, bueno, siempre es tierno y sorprendente a la vez contemplar como se reciclan algunas costumbres que creíamos perdidas en el pasado. Un texto muy poético en que se manifiesta lo agridulce de algunas situaciones... gui
tus palabras caen en este texto como petalos exactos.
bello. felicidades
... ruben sendero
08-03-2004
Bellísimo... descubrir el amor puro de los niños y a la pureza del niño en el verdadero amor. Preciosa repetición en espiral. Gracias :) Flor_marina
08-03-2004
Un de las sensaciones que me enloquece es ver dormir a mis niños y se rien en sus sueños. Una delicia y se me olvida el mundo. Linda tu narración. anemona