tu mirada salpicapa gotas del pasado de un día que nunca tuvimos. imanente e indolora yacía en tu sexo tus hojas otoñales ejercía candidez en las hojas de los arboles impacientes con el suspirar del viento. fragancia desplazada en cabos de cristal en una isla desierta en otras fronteras lejos de lo lejano.
Texto agregado el 06-06-2007, y leído por 489 visitantes. (1 voto)