Un escarlata rodo en el dorso mientras las aves surcaban los cielos. Dos profundas inpiraciones conteniendo a la esperanza ya ausente a los presentes. Una mirada a lo profundo de la muchedumbre le oriento de nuevo mientras dos demonios penetraban las carnes y se estremecia entre la agonia de las llamas y la indiferecia del Creador. Sus manos buscaron tierra mientras sus ojos veian como la sangre le abandonaba, intentose respirar mas un borbollon espeso se mezclo con su saliva, el colapso de sus fuerzas le llevo a hincar su cabeza, arrastrandose a cubierto mientras los candiles perforaban su humanidad.

No emitio sonido alguno... Solo sus ojos cerro al ver como se desfloraba su corazon, cientos de piezas vistieron el altar carmesi a la muerte, sus manos viajaron a lo profundo de los restos de sus entrañas y arrojaron a las mias, los deseos de su ya languidenciente vida.

Vi entonces en el cielo a las aves dispersarse, en sentido opuesto mis ojos viraron y alli vi venir, al angel cuyo mensaje era claro al tocar suelo, el estruendo por los aires todo ser arrojo, dejando en inercia los tiempos, en ausencia los sueños y en decandencia la vida.