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Inicio / Cuenteros Locales / maryalba / JUNTOS SOMOS SOLO TU Y YO

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"Señorita Jiménez, por favor, venga a mi despacho. Haga el favor y avise a los clientes de la tarde que me surgio una reunión y no podre recibirlos. Que mañana a las 9am estare alli,puntual. Y prepare todo, tendrá que acompañarme,salimos en diez minutos".

Siempre era lo mismo. Las compañeras de Mariela no entendían como ella soportaba al Licenciado Ramirez, siempre tan autoritario, tan inconciente. Ese dia todas saldrian a almorzar juntas y ahora Mariela no podria porque a el se le ocurrio ocuparla hasta en su hora de almuerzo. Mariela solo sonreia timidamente y aceptaba los comentarios.

Mariela era una jóven secretaria, muy discreta, sencilla, trabajadora y bien preparada. Pero era de esas chicas que pasan desapercibidas. No era fea, pero no llamaba la atencion particularmente. Sus compañeras la alentaban a que dejara de ser tan sumisa, pero ella no cambiaba.

El Licenciado Ramirez, en tanto, era un hombre de unos 40 años, bien parecido, elegante, cortés, con un rostro que no denotaba ninguna emoción en ningun momento. Las chicas de la oficina lo encontraban un tipo aburrido y falto de sentimientos. Era casado, su esposa era una mujer preciosa. Que capturaba la mirada de todos al pasar. Vivia su vida con sus amigas, de compras en fin sin preocupaciones ni obligaciones ninguna. Tenian dos hermosos hijos y eran un matrimonio normal. A simple vista perfecto.

Mariela tomo su cartera, su maletin y salio al lado del Licenciado. El con el rostro inmutable, ella callada y timida. El indico que no regresarian hasta tarde, que tomaran nota de cualquier asunto y partieron.

Recorrieron el camino que los llevaba a su destino hablando de cosas triviales, del tiempo, de la oficina, en fin. Llegaron, estacionaron el vehiculo y bajaron. Ella lo siguio a su lado en todo momento. El tomo sus llaves y abrio una puerta. Una vez dentro de aquel lugar, todo cambio. Soltaron lo que llevaban en sus manos y se abrazaron, buscando sus bocas desesperadamente,con un ímpetu y un deseo jamás imaginado.

Alli no eran ni el licenciado ni la secretaria. Allí eran solo James y Mariela y se deseaban como locos. En aquel apartamento se amaban sin prisas, sin reservas, sin inhibiciones. James le buscó los labios mientras ella iba quitando los botones de su camisa y acariciándolo. Rosando con sus suaves dedos toda su piel, sintiendo como él se erizaba bajo su tacto. Alli se amaban, se daban placer de maneras insospechadas. James inclino la cara para besarle el cuello, las orejas,mmmmmmm sentirlo asi, respirando agitado la exitaba aún mas. Mientras el hacía eso sus manos la exploraban bajo la blusa, blusa que el quito de en medio dejandola solo en ropa interior. Sus labios rosaban los bordes del sostén provocando en ella sensaciones incontrolables. Poco a poco el siguió desvistiendola y acariciandola hasta que sus labios se posaron en sus pechos haciendola gemir de pasión.

Ella lo deseaba tanto como él a ella. Sentia sus besos llenandola por todo el cuerpo, por sus pechos, por su vientre, por sus muslos, mientras sus manos buscaban saber si ella estaba lista para dejarse amar. De pronto ella cerro los ojos y solo se limito a sentir a dejarse llevar por el éxtasis que la estaba envolviendo. Si siiiiiiii el tomaba de su néctar, el la saboreaba toda, la hacia suya solo con su boca y ella se estremecía descontroladamente. Entregada a él, a su hombre completamente. Los embates de su cuerpo la sorprendieron incluso a ella, jamás había sido de esa manera. Se deseaban tanto que cada vez era mas intensa. Una y otra vez ella sintió que estallaba bajo su boca.

Esta vez ella comenzó a jugar con sus dedos,con su boca, con su lengua, todo sobre el cuerpo de James. El se dejaba amar, se dejaba querer, se dejaba poseer de Mariela de la forma que ella quisiera. Juntos eran solo uno del otro, sin límites. Ella disfrutaba al máximo verlo descontrolado, que le pidiera que lo hiciera suyo, por eso gozaba de besarlo suave y delicadamente desde sus párpados, sus labios, su cuello, su pecho, y mientras lo acariciaba con sus suaves dedos por todas partes. No hubo centimetro de piel que Mariela no besara en él, ella lo saboreaba siempre como si esa fuese la última vez, sin prisas, con toda la sensualidad que despertaba él en ella, con todo el deseo que la hacia sentir. Ella lo torturaba, con la lentitud con que lo besaba, sabiendo lo que tanto él como ella deseaban. Pero ella no pudo seguir torturandolo así, ella lo sufria tanto o más que él. De pronto así con los ojos cerrados, James sintió que los labios de Mariela se cerraban sobre una parte de su cuerpo que estaba sumamente sensible, sintió como ella lo acariciaba con su lengua y lo disfrutaba. Asi como sintió su lengua, sintió que llegaba a lugares que antes no habian sido explorados de esa manera. Deliraba, gemía, se revolvía en la cama sintiendo y disfrutando lo que Mariela estaba haciendo. Hasta que llegó el momento que juntos de esa forma estallaron de deseo.

James no supo en que momento pero de pronto Mariela estaba sentada sobre él, cabalgando hacia el mayor climax de su vida. Llevandolo a él en ese viaje a las estrellas que juntos volverían a alcanzar. Gemidos, gritos, besos, caricias, todo junto, todo a la misma vez, los envolvió una locura , una desenfrenada y extenuante locura pero juntos una vez más sintieron desaparecer el mundo, quedando solo ellos dos uno en brazos de otro. Entrelazados desde el alma hasta el último suspiro.

Alli entre aquellas paredes, eran dos seres que se amaban, que con un beso, habian sellado el pacto de solo dejarse llevar por sus sentimientos, sin mentiras, sin disimulos, sin fingir nada. Alli solo serian como querian ser. Allí ellos vivían, fuera de aquel apartamento, sobrevivían. Y con la promesa de que pasara lo que pasara siempre estarian juntos. Solo Mariela y James sabian que bajo sus fachadas se escondían dos almas gemelas, llenas de pasión y que habían nacido el uno para el otro.

"Buenos dïas, hola chicas". Un día más en el despacho del Licenciado Ramírez. Un día más de buenos consejos de sus amigas y un dia más esperando que pudieran volver a reunirse para retomar el camino que los llevaba a la cima de la pasión.

Texto agregado el 04-06-2007, y leído por 332 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
08-01-2011 Apasionado relato, da la sensacion de haber sido escrito de corrido (rapidamente). Es un buen relato eotico, casi sin dramas. Saludos. ggg
18-01-2008 Muuuy erótico. Pero bien escrito :) cuidado con el uso de pronombres damage_me
13-06-2007 Mis 5 estrellas, diria q es casi cortazariano o kafkiano lekbir
13-06-2007 Me encanto bastante, de veras... Es de esos cuentos q te atrapan de golpe, lo lei tan a fondo y sin distraerme hasta q senti lo mismo q James... Escribes muy bien, asi me gusta y me regusta, supiste seguirle el hilo de la trama, nada esta de sobra... En hora buena, Maryalba... desde el Desierto del Sahara lekbir
07-06-2007 mmmm la verdad que la historia es entretenida, pero se me hace complicado tanto ella, él todo el rato, como que uno se enreda en las descripciones. Saludos rene_parra
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