Suenan las bisagras de tu adiós,
mientras, todo se apodera
de cada grano pequeño que forma las piezas,
de la garantía que se encuentra en tu cuerpo,
en tus vibraciones, en tus pómulos
bañados en secreto,
descubriendo que los ruidos
se cobijan en la velocidad de tu guadaña,
en la atemporalidad de tu alma.
Armas la barrera, frenas la embestida,
derramas las lágrimas en la propia melancolía
de tus demonios, de tu enfurecimiento
por dentro de tus cerrojos,
por dentro de tu mirada,
de tus primeros sin sabores
y de tus recuerdos.
Tu base escondida y las respuestas
dentro de tu corazón,
es la fuerza, es lo que puja desde tu alma,
desde tu estela celestial
buscando una explicación,
buscando un porque al desaparecer,
un porque al tener y al desproteger,
buscando una palabra a quien ya siquiera, no es,
y conocer, y descubrir sus pasos,
obstruir su destino y observar como de a poco
todo se ilumina en una cuenta regresiva.
Para qué luchar contra tus maldades,
para qué vencer al sufrimiento
de haberte dado todo en vano,
para qué proyectar en el horizonte la opción,
la que tú elegirás...
por la cual tú te alejaras...
porque tú y yo somos tan distintos,
porque lo sueño cuando duermo,
somos tan diferentes, diferentes códigos,
tan distintos nuestros refugios...
y todo explota otra vez,
las llamas enfurecen al viento
mientras yo... solo puedo mirar al ayer
que esta aquí adentro,
y me incinero,
me quemo vivo en el recuerdo,
quisiera liberarlo y mirarte...
y ver tu rostro al impacto,
al momento, en el segundo
en el que tengas el conocimiento,
que sientas todo lo que has hecho
y facilitar la ocasión, facilitar
la opción de frecuentar
el sabor del dolor, y descubrir
que en el mapa había una cruz,
descubrir al viento
que susurra con su aire la explicación,
que todo tiene un porqué, que todo tiene
un aprendizaje en su parecer,
una lección, solo hay que saber apreciar la verdad...
y enfrentar de cara a cara,
de mirada a mirada.
Un duelo en la historia
que con sus trabas ocultaron el porqué,
ocultaron la verdad de un descubrir,
y descubre que estas ahí, ahí en mi memoria...
y todo vuelve a ser,
y todo vuelve a desaparecer...
tan común... tan precisa...
así es el oxido que consume
la llave que abre la puerta...
la puerta que da entrada...
a mi vida.
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