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Lady Fletcher descorre los cortinones de armiño Genomics clase A. Es mediodía, que necesidad hay de malgastar energía con la cúpula funcionando sin descanso. Sir Ray permanece en el lecho, semi desnudo, no se quitó las medias de seda ni la blusa. Lady Fletcher se permite la libertad de pegarle unos azotes en las nalgas. El culo de su señor es espantoso, demasiado usado. Es el culo de un fracasado.


           -¿Por qué me tortura de esta forma? ¿Qué momento es?
            -Señor, estamos en 27.5 del día. Le recuerdo que cuando 36.0 tiene usted una cita con su majestad. ¿Quiere que me ocupe de su erección matinal?
            -No, Fletcher, tus dedos son como hierros para marcar reses. Mientras me pongo a ello, usted puede ir enumerando... Enumere lo que quiera. Venga...
            -El conde Linux nos ha hecho llegar noticias de que el momentómetro de cuarzo está listo. Ha enviado dos caballos. Llegarán dentro de dos noches.
            -Que efectividad, excelente.
            -Le recuerdo, Sir, que una obra maestra de tal envergadura, supera los créditos adquisitoriales de este período con creces.
            -Lo peor que me puede pasar es que me amputen otro dedo. ¿Algo más?
            -Sí, esta mañana una anciana vino en nombre de un tal Brigadier. Un enviado llegará el próximo ciclo a palacio a partir de las 65.5 para recoger el documento del que hablaron.
            -Magníficos hijos de la mierda. Debieron haber llegado hace varios ciclos. Cuando lleguen puede que ya sea tarde. Tarde. Odio la impuntualidad. Mmm... Fletcher, ¿Sería tan amable de limpiarme el semen?
            -Le recuerdo, por si lo ignora, que duplicar documentos clandestinamente es motivo de tortura y muerte. Está usted arriesgándose por un trabajo de medio pelo. Y debo decir que me está comprometiendo a mí también.
            -Gracias por su afecto hacía mí, cara Fletcher. Sin embargo, llevo demasiado tiempo rastreando una de las pocas máquinas duplicadoras que escapan del control de su majestad. Brigadier es el único amigo verdadero que tengo. Mi obra me sobrevivirá a mí, a usted y a nuestro querido presidente.
            -Su obra es mediocre, Sir. Y Brigadier, un tunante sin escrúpulos.
            -Usted no sabe leer los códigos de frecuencia-tiempo.
           -Pero llevo viendo su culo desde que era un adolescente.
            -Eso sólo significa que su majestad tampoco sabe leer el código. Y en cuanto a Brigadier... Bueno; me delatará, me condenarán y ocupará mi puesto. Después se enriquecerá vendiendo secretamente mi obra al mercado oeste.
            -Eso es un amigo, señor.
            -Cualquiera que sirva a mis intereses es un amigo, a pesar de su mezquindad o más bien gracias a ella. Brigadier tiene contactos, hará llegar mi obra lejos. Y su pene es más grande que el del presidente.
            -Es gozoso saberlo.
            -Pero ahora necesito lograr que su majestad me conceda un aplazamiento. Sólo uno. Uno más y lo habré logrado.
            -Pues le recomiendo que se dé prisa. ¿Se acuerda usted de llevar el ungüento?
            -Espero no necesitarlo con todo mi corazón, señora Fletcher, pero por si acaso aquí lo llevo. ¿Qué tal me queda el traje?
            -Estupendamente, parece incluso apuesto.


Su majestad, el presidente Michael IV, suele recibir a sus visitas completamente desnudo y con el cuerpo cubierto de aceite corporal especial. Esta vez, hace una excepción y elige un boxer ajustado de seda. Sin costuras, por supuesto. Su voz resuena desde el fondo de la sala de los espejos mientras se acerca a Sir Ray.


           -¿Adivina qué, amigo Ray? Esta noche he tenido una pesadilla horrible. Una de esas que traspasan la frontera de la vigilia y transforman la visión de esta, aunque sea mínimamente.
            -Lo lamento, presidente.
            -No, no, al contrario, yo me alegro de haberla tenido porque me ayuda a reconocer el valor de lo que soy. Soñé que contaba con una verga de apenas 70 pounds de longitud. Mi cuerpo era blando, casi no se marcaban unos discretos músculos cubiertos por piel macilenta. Mi rostro parecía haber perdido su equilibrio y al mirarme al espejo iba descubriendo innumerables defectos. La barbilla estaba demasiado atrasada, mi cabello tenía entradas, los ojos habían cambiado el azul por un pardo sucio. Era... era verdaderamente dantesco. ¿No le parece?
            -Francamente, por su descripción no parece tan terrible.
            -Exacto, era más bien normal. Como casi todo el mundo. Mire, supongo que ya sabrá que mi miembro mide más de 130 pounds, se lo mostraré. ¿Lo ve? Y si me masturbo podrá apreciar la calidad de mis erecciones.
            -Es cierto señor, le felicito.
            -Gracias. Pero mire todo mi cuerpo, es perfecto. Mi rostro, mírelo. Perfecto.
            -Ciertamente, es usted un digno representante de su cargo.
            -Dígame, Sir ray... ¿Cómo puede usted vivir hundido en la vulgaridad? ¿No se siente usted un error? Usted y toda esa gente que veo cada día en los monitores... Oh, señor. Yo conocí el espanto apenas unos minutos que no fueron reales. Ustedes habitan esta realidad hasta el final. ¿No desean morir?
            -No señor. Ya sabe el dicho: a los cerdos les gusta el protocolo de bacterias.
            -No sé cómo puede sonreír tan beatíficamente, pero en fin. ¿Quería mostrarme algo, no es cierto? ¿A qué espera?
            -Sí, sí. Sí, está bien. Mire, llevo dos macroperiodos trabajando en esta composición. En realidad es un proyecto que terminé hace un año, pero ya sabe, todos los días trata uno de perfeccionarlo, que si una variación de intervalo por allí, que si una trasposición de... Bueno, eso, ya sabe.
            -Sí, sí. A ver traiga eso. ¿Son coordenadas frecuencia-tiempo, no? ¿Es una canción?
            -En realidad es un concierto para laringe digital y orquesta matricial en frecuencia 870. Menos una parte intermedia que cambia el moderando y la frecuencia dominante es de 630. Debería usted audirla, es lo mejor que se ha hecho desde Barbarah Jossy.
            -Uf...
            -Eh... No... ¿No le complace, presidente?
            -Es que, a ver como le diría yo. Es aburrido. No tiene alma, es tan...
            -Señor, le aseguro que si la aude cambiará de opinión.
            -Está bien. Cante.
            -Esto... Bueno, me temo que será imposible. Esta trama no es reproducible por la voz humana. Es un registro y un moderando imposible.
            -Vamos, hombre. No sea usted tan purista. Debe aprender a disfrutar con su trabajo, suéltese, goce un poco. DI-VIéR-TA-SE, ¿Comprende? ¿Es que no se sabe la letra?
            -Es instrumental, no... no tiene letra, señor presidente.
            -Pues tarareé. ¡Ah! Se me acaba de ocurrir una estupenda idea. ¿Qué le parece un poco de público entendido? Me pondré en contacto con algunas amistades para que se visualicen en el proyector transpersonal. Empiece...
            -Taaaaaa, li, li, li. PO-PO-PO-...-POM.
            -(conexión: Sammy) ¿Qué tal está Condesa Samantha? Veo que radiante, como siempre. Sus tetas son el objeto más precioso del universo.
            -Gracias Michael, querido. Veo que su miembro cada vez apunta más alto y más lejos... JA, ja, ja... ¿Ha intensificado sus sesiones de musculación asistida? Está cada vez más potente.
            -Lo ha adivinado usted, condesa. (conexión: Jess) Oh, que sorpresa, mi estimada Jessica. Se ha decidido a presentarse por fin. Ha conseguido que su rostro sea aún más precioso con esos ojos nuevos. ¿Extraídos de una indígena hindú?
            -No, te equivocaste esta vez; era turca. Diecisiete añitos. Un verde realmente conmovedor, ¿No le parece? Michael, querido, ganas con el tiempo, desvirgarías a todo mi palacio en un minuto.
            -Dadaíto, Dadaíto...Jaaaarrr, jaaaarrr, jaarr, jaarr... nummmmm...
           -¿Quién es ese hombre? ¿Es deficiente?
           -No, no queridas. Adivinad, es... Es mi... ¡Mi músico!
           -Ja, ja, ja, ja...
            -ji, ji, ji, ji...
           -¿Qué les parece su “concierto”?
           -Oh Michael, no sé qué decirle. Es tan... ¿Original?
           -ji, ji, ji, ji...
           -Cloooon, Cloooon,…CLON. Hissssssssssssssss
           -Bueno, puede dejarlo ya, mi querido amigo Ray, por hoy es suficiente.
            -Ya le avisé que es imposible hacer nada ni remotamente parecido con la voz, señor presidente.
           -Vamos, no ponga excusas, su canción es realmente nefasta, peor que eso, es una gran bola de mierda. ¿Verdad queridas?
           -Oh vamos, no seas tan duro con tu músico, parece un encanto.
           -Bueno, ya conoce las normas, Sir Ray. Será mejor que haga desaparecer esa mierda donde merece estar. Señoras, será mejor que no presencien esto. Dentro de un rato contactaremos, ténganlo por seguro.
            -Estoy impaciente Michael. Señora condesa, señor presidente...(fin de conexión)
           -Querida Jessica, Michael...(fin de conexión)
           -Presidente si se me permite...
           -Por supuesto Ray, estamos entre amigos.
           -Reconozco que mi composición es una gran bola de mierda, es... evidente. Sin embargo, creo poder mejorarla. Tan sólo necesito que me conceda una prórroga.
           -Imposible, proceda cuanto antes por favor, tengo asuntos más importantes que atender.
           -Se lo suplico.
           -¡Sir ray, no abuse de mi paciencia!
           -Sí señor presidente.
           -Le recomiendo que corte usted el papel en tiras finas, es más fácil que introducirse bolitas. ¡Un momento!, ¿Qué esconde usted ahí?
           -Nada, señor, tan solo... Un ungüento.
            -¿Una especie de lubricante verdad? Nada de eso. Métase esas coordenadas de manera natural, forma parte de la sanción.
           -Señor, las cordenadas son demasiado extensas, mi recto no podrá soportarlo.
           -Haber compuesto una canción más corta, a quién se le ocurre. Semejante mamotreto...
           -No es una canción, es un concierto señor. Un concierto... Ay!
           -Concierto, composición, que si está en frecuencia quinientos y pico...¡Por favor! ¿Sabe cual es su problema? Se toma a usted mismo demasiado en serio. Tanta autocomplacencia, tanto darse importancia... A mí no me impresiona en absoluto. Le voy a enseñar algo que compuse con mi equipo. Algo que de verdad tiene vida, espíritu. Aude.
           -Es un tema curioso, majestad. Tiene mucho ritmo. Auch!
           -Llámeme sólo presidente. Majestad es demasiado formal. ¿Ve lo que le quiero decir? Esto palpita, vibra, te llena de energía. Lo baila toda la juventud del estado, les encanta, se identifican. ¿Le raspa demasiado las paredes del ano, verdad?
           -Raspa, en efecto. Ahhhhg!
           -La próxima vez escriba sus canciones en papel de algodón pluma. La tinta se corre un poco, pero resulta muy suave al tacto. Como le decía, quizás me considere usted demasiado estricto. ¿Pero qué quiere?, ¿Quiere que volvamos a los tiempos de saturación informativa? Cualquier persona publicando cualquier trabajo, por mediocre que fuera. El caos de la inteligencia, la violación de la belleza. Mi sueño me ha confirmado lo que ya sabía.
           -Oooofff...
           -Si yo me convirtiese en la persona vulgar que soñé, entonces... Entonces puede que tratara de sobrevivir como usted pero... ni se me ocurriría tratar de hacer llegar mis excreciones a la altura de la cultura. Por eso, cuando le vi entrar no comprendí como pudo tener la caradura de hacerme perder el tiempo asqueándome con su mierda. Míreme, ¡Mírese!. Por suerte todos conocen mi carácter magnánimo. Soy un tipo afable.
           -He terminado señor.
           -A ver, dese la vuelta y agáchese...Se le asoma un poco una página, empuje con un dedo. Bien, perfecto. Puede retirarse. Lo ha encajado usted con bastante elegancia, le felicito.


Sir Ray llega a su habitación sin tratar de disimular la cojera que le produce el escozor. Lady Fletcher le ha preparado una estancia iluminada tenuemente con velitas y un suave aroma a romero. La crema regeneradora ya está preparada encima del tocador. El cubo al lado de la cama.


           -¿Me pongo los guantes de látex señor?
           -Sí, Fletcher. Hazlo como sólo tú sabes.
           -Señor, han detenido a Brigadier. En estos momentos le están... interrogando.
           -Mierda.

Texto agregado el 08-03-2004, y leído por 482 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
13-01-2007 Me aburrió un poco pasada la mitad y lo dejé de leer. Sin embargo se reconoce talento. roberto_cherinvarito
08-10-2005 Bueno, un placer pasar a visitarte y adentrarme en tu mundo. joder, realmente tu imaginación es apabullante, así que pasando de extenderme más en este comentario. Saludos. Selkis
24-06-2005 Dejo de lado análisis puristas... El texto me ha gustado mucho, muchísimo! Me ha enganchado desde el primer momento y me ha dejado con ganas de más. Tan sólo un apunte: en los diálogos echo en falta un poco de descripción de lo que hacen o sienten los personajes mientras hablan... por lo demás, mi enhorabuena. Déjame ser tu agente literario. Desdentado_Daroca
18-01-2005 Joder, esto es podridamente bueno... PUBLICA YA. Me voy a meter mis escritos por el culo. el_escritor_involucionado< /a>
12-06-2004 insomne :: ditto . Es como un mal sueño en el país de las maravillas. Genial y divertido. Un saludo, Tejedor
10-03-2004 Tan decadente. Fabuloso, hasta parece guion de comic Deborah
08-03-2004 por un momento me has sacado de mis zapatos y me has introducido en tu mundo. Ha sido una experiencia maravillosa. Genial insomne
 
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