"Une vie...
Une vie comme un torrent
qui descend
et qui s'en va en rivière... vers la mer
et qui revient
de l'infini.. un beau matin..." (G. Bécaud; "une vie comme un torrent")
"La vida como un torrente, que va y que desciende, del río hacia alta mar, para luego regresar, del infinito, una bella mañana...."
A los 30 recién vengo a aprender que sólo así se puede vivir bien. Sin tanto planificar, sin tanto programar.
La vida es una hermosa y enorme corriente que nos puede llevar hacia lugares recónditos, de increíble sensación.
Movimiento permanente, de enormes dimensiones étereas, sin forma definida, pero profundas como el recuerdo más entrañable, como la experiencia más hermosa de una ya lejana infancia.
Un respirar constante que nos invita a un propósito siempre más grande. Sólo basta cerrar los ojos y dejarse guiar por el instinto. Sólo basta sentir y comprender que todos, que cada uno de nosotros, somos parte de algo más grande, algo que supera nuestras voluntades, nuestros deseos más egoístas.
Ésta es entonces la forma de vida que yo escojo. La forma de vida que deseo a quienes más quiero.
Porque en la comprensión de mi pequeñez, en la aceptación de la infinidad del universo, es que por fin podré construir la conexión por tantos años anhelada.
Mi ritmo, mi espacio, mi tiempo. Mi lugar en este enorme y difuso escenario, adquiere sentido cuando la conexión con mi entorno, mi gente, mi tiempo, se vuelve el TODO.
Y el todo es mi entorno. Y el todo soy yo. y la armonía llega, y la claridad arriba... porque la vida es mía y por fin dejo de pertenecer a mí misma, soy del Todo que me abriga, y que hoy me espera, soy por fin el Todo que actúa, que aprendió (o en camino va) a flotar en paz en esta enorme corriente apodada vida.
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