Este hálito es de vino, éste corazón inmune a flechas amorosas no calienta la sangre.. Así pierde su condición. Estos ojos que se cegaron a la primera luz que brilló radiante.. no ven las cálidas señas embelesantes... Jamás se lo perdonarán. Resina mía... brota de mí, llega hasta ella... es el último intento de recobrar todo lo perdido de ser feliz, aunque dure sólo el vil instante mueve mis huesos y mis venas, mi sangre coajada mi alma escondida detrás de la médula mis ganas... la calamidad sería estar muerto y darse cuenta de la vida.
Texto agregado el 02-06-2007, y leído por 340 visitantes. (9 votos)