Narrador omnisciente.
1 Resignación negativa.
Un hombre sentado al sol, fumando y pensando.
Como sudando, desestimando y volviendo en si, soslaya e hipotetiza sobre la verdad tan lejana.
Este ser que suma lo que consume, tortura las horas con su soportarse, como ya acabando, tratando de reiniciar y levantarse del ultimo humo del pensar.
Sorprendido tomo el rectángulo de papel que llamamos cajetilla, con dolor y odio resignado, arrugo el papel, y lo tira brusca y tristemente.
2 Hipocresía o inconsecuencia.
Hardy era el doctor, medico general, mas feliz de la cuadra.
Su pasatiempo favorito era la literatura, pero no cualquiera, lo oculto le llamaba la atención.
Incluso practicaba y se sentía como un mago.
El era feliz.
Incluso era una ves que hardy se dio por mendigo.
Compitió con cientos que poblaban las calles, bebió de sus vinos, consumió de sus drogas.
Y aun era feliz.
3 Locura.
-todos me miran- gritaba Roberto, las hojas escritas en sus paredes, como húmedas lenguas lo asustaban al punto de creerse observado.
Todo era fácil, solo probaba intelectualmente a personas en sus sesos y veía como resultaba.
Su pluma era fría y calculadora. Era realista.
Pero los cadáveres, fustigados por la pena y otros castigos de sus personajes. Lo volvían loco.
4 Futuro próximo
Todos los junios, los compañeros de trabajo de la sucursal del sector 235, Chile, celebraban una fiesta llamada tributación fiscal, algo así, a un carnaval en casas, amplias, lo que antiguamente se llamaban oficinas, ahora son parques, museos, de diferentes lugares, donde muchos años atrás se trabajaba.
5 Condenado
Resonaba el metal, tac-tac-tac, diez veces y volvía hacia atrás, la siempre sucia tasa en la que lo alimentaban.
Once podía pedir mucho en el siglo 900 en Europa, muchas pestes, poca comida, lo de siempre.
Deseo estar en el siglo 20, soñó con volar, comer y quizás tener familia y felicidad establecida.
La violación ya formaba parte de un ritual, estaba condenado a ser odiado, no por nada su jaula era el fundamentalismo religioso, de la iglesia católica apostólica romana.
Incluso soñó viajar por el mundo, todavía no quería salir de su escaparse, el dolor le recordaba su estar, para siempre preso del futuro y el pasado.
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