Sin ir lejos, el título de este cuento es por casos para pensar el sentido del porque y para que pregunta habitual de todo niño que va creciendo.
En una casa pequeña, vivían dos mujeres de elevada edad. De pronto alguien tocó en la puerta, era un hombre con un sombrero y un bastón. Traía en su mano un pequeño sobre.
Cuando Laura abrió la puerta se asombró al ver que este caballero con un timbre de voz como un trueno(grave, firme, lleno de eco) le entregó un sobre.
Al ver que contenía una postal libro como antiguamente se usaba, la misma de frente tenía dibujada Rosas. Cuando Laura detuvo su vista en cuatro nombres de mujeres y, a su vez una exquisita oración que decía asi: "Tu que has repartido a todos dulzura, recoge un poco de las semillas que has sembrado"Irene, Haidé, Daniela y Ana.
Esa envejecida mujer asintió en su pensar cuanto la elevaba que algo tan simple y con tantos años y con pocas palabras trajo a ella del pasado al presente las evocaciones de sus mejores amigas. Amigas que ya no se encontraban por sus avanzadas edades. Laura con sus 95 años y muy lúcida en sus sentimientos, sentándose en su secreter y sosteniendo esa postal una vez le afirmó su paso a la vida y así, su silla siguió meciendose.