REFUGIO SAGRADO



Deslumbramiento invisible,
escondiéndose
debajo de sus sabanas,
oscura y sedienta ausencia
que lo traga,
sin detenerse
en los asperos huesos.
Una lengua se fuga
y hace de su garganta
un refugio sagrado,
la voz se nombra
muda,
perfumada
con blancos sueños,
que se aniquilan
en los recintos
de la realidad.
El reclama
su cuerpo impar,
mientras,
un huracan de temblores
amenazan.

-¡Será la tormenta!-

Será rehén
de sus propias caricias.
Ahora,
sacude sus ojos en vano,
sin entender
que no le pertenecen,
alguien,
del otro lado de la noche
los posee,
se embriaga
de pequeñas miradas.
Su corazón fue arrasado,
en la pueza de una piel
impura.


-La tierra no es mas que tierra-
Hacia ella caminamos
inexoralemente.
Mientras un incendio
de caricias deformes
prende fuego su jardín.

-El amanecer tiene nombre-

Y una lampara cae
a sus pies sin reflejos,

-Martirio de saberse-