Las polillas
resaltan la blancura del saco
y las manchas de humedad
nos recuerdan
la palidez de nuestros años.
En un rincón un millón de cartas amarillas
nos escupen la cara
y escapan de nuestras manos
Yo
sentado en esta vieja silla de madera
lleno de astillas
sostengo mi corazón
para que no se rompa de recuerdos.
Ella
me observa desde el balcón
escondida detrás de las cortinas
ruborizada de arrugas
y de olvidos.
Texto agregado el 07-03-2004, y leído por 299
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Lectores Opinan
06-06-2007
bueno, yo voy a ser tu fan numero uno vas a ver!!! te quiero. Lizette puki76