Deja que tus manos recorran mi alma, niño de pocas palabras. Deja que tu alma penetre en la mía, que cada caricia refleja nuestra alegría. Corazón sin desenfreno, amor de niño bueno, solo cada noche vivimos este momento eterno.
Texto agregado el 30-05-2007, y leído por 127 visitantes. (2 votos)