Un extraño visitante


Era una tarde de Otoño como tantas otras, el día había transcurrido como siempre , muy rápido; entre clases en la Normal, una reunión para organizar la marcha de apoyo al compañero Presidente, pintar el lienzo que llevaríamos, en fin, un día lleno de tareas realizadas.
En casa me espera el merecido té humeante y el pan amasado, repaso las tareas para el día siguiente y una evaluación de lo acontecido. Llega la noche y me dispongo al descanso y a un raparador sueño, el que se torna profundo e intenso.. de cuyas profundidades vino a sacarme la presencia sobrecogedora de un ser que me mira fija y escrutadoramente. No tengas miedo me dice, con sus ojos negros y profundos, no te haré daño,solo quiero que sepas que te conozco de siempre y que mi intención es solo acompañarte y decirte que pronto volveré.
No sabía si estaba soñando o estaba sumergida en los bosques de mi imaginación.Así divagaba mi mente tratando de encontrar una respuesta lógica, cuando éste hombre de mirada afable y rostro sereno desapareció.
El sol otoñal de la mañana me despierta. rcuerdo lo sucedido y mi sorpresa fue mayúscula al comprobar que no había sido un sueño ni producto de mi imaginación, el extraño visitante me había dejado una prueba de ello.
Mi reloj marcaba la hora exacta en que había sido visitada; las dos con diez minutos de la mañana de un día Jueves.
Aquélla particular noche se quedó para siempre en un lugar muy especial de mi memoria, aquélla extraña y mágica visita causó gran impacto en mí...aún recuerdo cada detalle...su figura, su rostro plácido y amable, sus finas manos y su profunda mirada que me invita a viajar por mis sueños sobre el arcoiris multicolor de la vida.