Trópico de Capricornio

‘Mas allá de Trópico de Capricornio
Hay una tierra habitable que es la parte más alta del mundo,
es el paraíso Terrenal’
Abate d’Ailly

Déjame morir en santidad, en el Valle de las Lágrimas,
luego de haber poseído a la hembra llamada Biblia.
El Mare Nostrum se agiganta como una nao
de culpa,
un soterrado deseo carnal
se alza como bandera.
Colombus el anticristo, se murmura,
buscador del paraíso terrenal.
abro el libro de la creencia de los saurios;
lengua y fe,
espada en cruz.
Corte se persigna bajo los pezones
de Isabel.
Castilla baila, Aragon sueña:
las tierras de los moros son alimento
hasta darnos un atracon de infieles.

Para extender la santa palabra
a los que realizan la hecatombe
al beberse la sangre de las fieras.
Un tentáculo mortuorio abre su boca
engullendo la paz del reino de los soles.

Avanzan carabelas,
con cristo sonriendo desde el madero.
La virgen su compañera,
develan los misterios en siete lenguas
que arden en los enviados del reino
de las carceles justas.
Quetzalcoatl, mira el cielo y llora:
Ha caído un águila ciega a los pies del inca.
Presagio de muerte que compele
refugiarse en las alas de la piramide.
Danzan los creyentes del astro,
convocan al jefe;
ya es una piedra de jade en las fauces
del Jaguar que se ha engullido el crisol de razas.

Cae el imperio sobre los parpados
de la maldición del blanco.

Se jacta Isabela con histérica
omnipotencia en los testículos de Fernando.

¡América, América!
Llora sus venas abiertas del poeta.