No es posible que nos olvidemos de nuestros muertos, mientras ellos en vida procuraron siempre el bien para nosotros… no es posible, que tiempo después de su marcha, nos sentemos a tomar café, fumar cigarrillos y pensar en lo dura que es la vida y el amor, sin por lo menos, un minuto… recordarlos… no es posible, que con los días yo sonría y sienta felicidad de caminar mi camino, con pasos fuertes y hábiles ante las diversas circunstancias, mientras ellos desde su luz infinita se cuestionan porque no hicimos más por su vida…
Quizás muchos de ellos, renacieron en su caminar y encontraron manos amigas en quien apoyar su lento declinar, luchando con fuerza casi inexistente ante el declive de su columna vertebral y sus ojos que con los días veían más… el alma…. Quizás algunos de ustedes fueron esas manos amigas que sin condición aportaron el valor que implica mirar morir a alguien, con la lentitud de la vida y de las noches de insomnio, en donde más que dolor, se cuestiona la existencia de Dios y la causa del castigo… quizás muchos de ustedes, como yo… simplemente huyeron y se disfrazaron de ángeles en la voz distante, teniendo los dos caminos en las manos y los ojos que decían ¡no te vayas¡, aún no…
Quizás muchos de ustedes no entiendan el significado de la vida, cuando esta de antemano se supone corta, quizás ni yo la entienda, pero al final de este recorrido por los pensamientos pasados, encuentro una soledad infinita en medio de un sinnúmero de pareceres, opiniones y deducciones, entre risas y llantos que retumban en mi cabeza…
¿Estas solo?... no lo creo… alguna vez conocí a alguien que realmente estuvo sola, bueno… "sola con sus recuerdos", luchando contra la muerte que reía a sus pies… nunca se rindió ante nadie, solo ante mí, cuando me confesó su soledad…
Finalmente ganó… la muerte, aunque se que juntos la hubiéramos podido derrotar…
La vida es un camino con final y finalmente entiendo el oscuro aroma de la felicidad…
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