Inicio / Cuenteros Locales / rodrigo-buendia / Un océano sobre mi cabeza
Mi cabeza se enturbia como la espuma de las olas al romper contra las rocas de la costa. Los peces que habitan en ella, encuentran la solución a sus problemas mientras disfrutan del estado placentero que produce cada aspiración de la ola. De vez en cuando, el oído se indigesta con cada graznido del marinero perdido. La cola de la sirena varada se resaca rápidamente. Su situación es molesta. No le permite hablar con claridad, no le permite suplicar al mundo clemencia. Sufre y muere su frescura.
Saliendo Poseidón de su escondite, clava su tridente en la frente del enemigo odiado. Pero el dios no puede terminar el trabajo sucio. Se vuelve a sumergir entre las aguas enfangadas. El fango lo engulle todo, hasta el poder del dios desterrado a las frías aguas de los océanos.
Pero todo eso solo ocurre cuando la marea sube. Si la marea baja, éste mar se queda en calma. Los párpados, se cansan de estar separados y enlazan sus almas formando una espiral. Las imágenes, se convierten en abstractos dibujos coloridos con vivas tonalidades. La luz, poco a poco, se oscurece. La voz es sorda. El movimiento prácticamente se para, enfadado por la incompetencia del resto de sus colegas.
Cuando la marea baja, el océano se convierte en una balsa de aceite, sanando a la sirena, acallando la garganta del marinero, descamando cada pez. Otra vez, soñando.
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Texto agregado el 27-05-2007, y leído por 104
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Lectores Opinan |
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02-06-2007 |
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Una bonita metàfora... doctora |
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