Ofréceme la paloma blanca que habita en tu alma
y seré para ti paz que inunde tus sentidos.
Alíviame con tus manos recorriendo mi espalda,
susúrrame ternura pura y sin más al oído.
Te daré cobijo, te daré esperanza,
te daré lo esencial para que vivas conmigo.
Para que no huyas, para sentirme a tu vera,
para que pienses siempre que valió la pena
mis dulces besos y tus abrazos…
Los mimos tan tiernos en mi regazo…
Aquellos momentos en que nos dimos abrigo.
(Majo… forever).
Texto agregado el 27-05-2007, y leído por 1130
visitantes. (42 votos)