Tarde oscura y fría, tarde para nada y para todo, para encerrarse y olvidar o para salir y vivir, para olvidar tal vez o también para soñar, cuantas tardes iguales a esta corrimos tras un albur romántico, algunas con éxito otras regresando aturdidos, pero siempre está la esperanza de alcanzar un anhelo presentido y que aun no logramos, un amor nos espera en la tarde invernal,
solo debemos correr esas calles laberínticas con el
pensamiento y las ganas y el corazón verá esa luz que buscamos.