Gracias a los Caballeros de la Quema...

.................................................................

Hoy necesito escribir para sacar diablos que con tridentes pinchan futuros y queman esperanzas. Quizás sean ellos los que escriban ahora, quizás esté poseído por una fuerza que me obliga a manchar papeles con balbuceos de palabras y ríos de tinta apenados. Cuando el whisky se hartó de escucharme y cuando un tango se me hace alegre, las palabras son mi talking cure. Más barato que un psicólogo, más dinámico, más mio. Dinamismo que fluye en torrentes y huracanes de pensamientos. Pero ni la mitad de ellos entiendo, solo vuelan, como ideas latentes de un deseo rehacio y caprichoso que juega al escondite en el subconsciente.
Quizás sean mis diablos los que escriben, mis más extremas necesidades. Pero sólo escriben, no hacen mal a nadie. No son más que eso: pobres diablos solitarios e incomprendidos. Por eso, movido por lástima, los dejo bailar en renglones de alguna libreta. Y...¡Ayy! ¡Que lindo que es verlos danzar por ellos, deslizándose en toboganes de tinta.
Talvez no signifique nada su baile, danzan por eso, para llamar mi atención. Y esto se lo dedico a ellos. ¿No los ves bailar? cuando los deseos son tan fuertes que no podés retener gritar lo que vas a escribir, en un desahogo de papel.
¡Ayy! ¿No los ves bailar? ¿Seguís sin verlos? Son reflejos de mi alma y de mi mente que merecen mi atención. Un momento por ellos, ¡que bailen! ¡que canten! ¿No los ves? Mi mundo desaparece en renglones. Fugaz, si. ¡Pero que lindo es verlos bailar!