Inicio / Cuenteros Locales / sduv31 / El color del sol
Imagino que a todos los generales les cuesta justificar sus guerras. Yo jamás me subiría a un tanque ni sembraría una mina; pero ayer seis niñas me dijeron - no - y sentí que tenía una bandera por defender. Fueron todo un terrible batallón de fusilamiento y ninguna de las balas era de salva. A la que más me gustaba se lo pedí dos veces y como se asustó de que aún estuviera vivo me dio con todo lo que tenía. Hay dias en que se escuchan tarolas y trompetas dentro del cuerpo y ya no queda más que ponerse las botas. Noches en que tu cama se volverá un útero. Tus sábanas placenta. Tu almohada cordón umbilical. Dias de renacer. Como cuando a karate kid le pegaron los calaveras o cuando un hongo rosado creció sobre Hiroshima matando a todos sus habitantes y sus respectivos sueños de arroz y tsunamis. No sé si fueron seis o siete chicas; talvez fueron ocho, pero todas dijeron que no y algo dentro de mi dijo – basta –. Luego apagaron la música y tuvimos que irnos sin medallas ni risas. Yo queria caminar pero me perdi. A Fernando no le hizo mucha gracia estar perdido en un país que no era el suyo asi que tomó un taxi. Me pareció razonable. Yo seguí por donde se me hacía mas lógico y terminé llegando al cementerio João Baptista. Entonces supe que aveces estar perdido es mejor que saber dónde se está. Al final resulta que el cementerio quedaba cerca de casa. Pasé por un túnel tan iluminado y hermoso como Paris. Volteaba a mirar atrás mio a cada segundo por si el perro de Akira Kurosawa me estaba siguiendo. Luego pasé por un edificio de esos enormes que tienen el nombre de la calle en letras de metal. Le arranque la letra que me recordaba a la chica que se había puesto a leer en el pub irlandés. Era un bloquecito de metal vacio por dentro. Lo iba mirando mientras recordaba un ladrillo, focos, letreros de publicidad de helados, tejas de las casas, un angelito de yeso, un burrito de madera de esos que ponen para que no se estacionen y otras cosas que alguna vez le robé a las calles de Lima en noches de borrachera. Recordé también que todos nos reíamos de esas historias y recordé también cuando alguien que estudiaba psicologia dijo que talvez robaba para llenar un vacío y yo me quedé con una mueca que se desarmaba como un viejo monumento sin sentido. Volvi. Puse la letra de metal en su lugar y el edificio volvió a llamarse Eduardo Campos. Una magnolia no puede abrirse veinte veces al dia y una abeja que te pica morirá instantes después. Me refiero a que hay días en que uno tiene que volver a nacer. Como cuando Sandro dijo que Ximena era una puta y a mi se me acabó toda la cobardía escolar y nos agarramos a trompadas. O como ayer, cuando... una, dos tres, cuatro, cinco, seis bocas me dijeron no y me fui a dormir preguntándome si así como yo empezaba a cambiar el sol algún día podría brillar con un color diferente. |
Texto agregado el 06-03-2004, y leído por 991
visitantes. (14 votos)
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Lectores Opinan |
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09-08-2005 |
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El devenir de la vida.. Aniuxa |
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17-11-2004 |
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es como cuando te quieres dormir porq tuviste un buen dia y no quieres que pase algo malo que lo arruine NO! pero 10 seconds antes de dormirte PLASS... pasa! no no no, que mal, entonces te tienes q recuperar, a como dé lugar, tienes q dormir el buen sueño, tienes q renacer :) eladoscurodelcorazon |
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20-10-2004 |
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..."a veces es mejor estar perdido que saber dónde se está"...esa frase la he sentido muchas veces en mi vida...sobre todo en el pasado....***** Lizanka |
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13-08-2004 |
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Magnífico; debí haber encontrado tu relato antes. Me llamó la atención el título sin saber que lo demás iba a ser aún mejor. Enhorabuena mi_mundo_paralelo_y_yo |
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27-07-2004 |
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excelente. andreacasandra |
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