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AMARSE CON TODOS LOS SENTIDOS


La noche era clara, clara de Luna.
Una pareja se había adentrado en el bosque con la intención de tener un encuentro amoroso, de aquellos que quedan para el recuerdo, de aquellos que hasta las estrellas recuerdan.
Llegaron de la mano, mirando de derecha a izquierda, atentos a cualquier ruido. Estaban algo asustados, pero muy decididos. Lo tenían todo planeado, todo muy bien pensado.
El lugar era ideal, la pareja quedaría casi escondida entre bajos árboles y maleza alta, sobre una gran roca que no se veía hasta estar justo ante ella.
La noche veraniega y la temperatura agradable invitaban al paseo y a no llevar puesta mucha ropa.
Al llegar al sitio acordado, se empezaron a abrazar, a besar, a decirse palabras tiernas, a susurrarse, a olvidarse de dónde estaban, a dejar de percibir los sonidos habituales de aquel lugar.

En otra parte del mismo bosque y acercándose cada vez más a la pareja de jóvenes, se podía divisar a una pareja de ancianos que más que andar, se arrastraban, pues es lo que hacían con los pies, arrastrarlos, haciendo que las hojas secas que encontraban a su paso, dieran un salto y cambiaran de lugar.

-Si, ya verás María como es un sitio perfecto para esconder nuestra historia, para que lo vivido por nosotros, nos sobreviva y quede en el recuerdo de la gente del futuro.
¿Me puedes coger un poco la pala? Es que pesa mucho más que cuando era joven, y mi espalda no está para muchos trotes.
-Dámela Pedro, la llevaré hasta que lleguemos.

DIEZ MINUTOS MÁS TARDE

-¿Ves María que árbol tan enorme? Este es el mejor sitio de todo el bosque para ocultarla. Aquí tardarán años y años en descubrirla, dame la pala.
-VE con cuidado, no te vayas a dejar la espalda.
-No te preocupes, aquí la tierra es blanda.

CINCO MINUTOS MÁS TARDE

-Déjame a mí, que te veo cansado, ya estás sudando a mares.

-¿Has oído algo?
-Déjate de tonterías y bésame, ésta es nuestra noche.
-¿No has oído nada? Yo he oído la voz de alguien muy cerca.
-Imaginaciones tuyas, mujer, anda bésame.
-Que pares ¿No me estás oyendo? Hay alguien muy cerca. Calla y déjame escuchar, shhhhhhh

-¿Crees que ya es suficientemente profundo?
-No. Déjame ahora a mí un poco más.
-Tampoco se trata de que no lo encuentren nunca ¿Nooo?
-Mujer, por lo menos que esté un siglo escondido.


-¿Has oído? Quieren esconder algo.
-Mira, ya los veo, son una pareja de ancianos, y están haciendo un agujero. Quizás vayan a esconder un tesoro, o algo muy valioso.
-No hables tan alto, que pueden oírnos.

-Creo que ya hemos cavado suficiente. Dame la caja. Sobre todo ¿ya la has cerrado bien? Es muy importante para que perdure nuestra historia.
-Si, si. Ya está muy bien cerrada, y con nuestra historia envuelta escrita y plastificada.
-Bueno, ahora toca enterrar la caja. Suerte que esto es más fácil.

-¿Has oído algo?
-No sé qué de una caja.

-Por fin ya está a buen recaudo, bajo la sombra del gran árbol milenario.
-Tú serás el guardián. Guarda con silencio callado nuestra historia, pero no la guardes para siempre. Que alguien algún día muy lejano, la encuentre.
-Mira que estar hablándole a un árbol. Se te empieza a notar la edad.
-Calla viejo, que de cuando te conocí, no te queda nada igual exteriormente hablando. Suerte que tu corazón es el mismo.
-No te pienses vieja, no te pienses.
-Calla y dame un beso, que este es un momento muy importante en nuestras vidas. Sellaremos nuestra historia con un marchito beso de amor eterno.

DESPUÉS DEL BESO

-Vamos vieja, no llores, se ha hecho muy tarde, como Carlos, los niños o su mujer se despierten y se den cuenta de que no estamos.
-Maldita pala, lo que pesa.
-Dámela a mí, María.

Arrastrando los pies se alejan poco a poco mientras las hojas a su paso cambiaban de lugar.

-¿Qué crees que puede contener la caja que han enterrado?
-No tengo ni idea.
-¿Vamos a averiguarlo?
-Vale.
-Vaya con los ancianitos, la han enterrado a conciencia.
-¿Y si volvemos mañana con una pala?
-De acuerdo pero… ¿Y lo de hoy?
-¿A qué te refieres?
-Está claro, a lo que vinimos a hacer al bosque.
-Es verdad, con todo este asunto se me había ido de la cabeza. Lo hacemos, pero mañana venimos y la desenterramos.
-De acuerdo, vamos, vamos.

Hicieron el amor bajo la atenta mirada de un par de ancianos que escondidos no se perdieron detalle del encuentro amoroso.

-María, mañana hemos de volver.
-Ya veremos Pedro, ya veremos.

Se alejaron los ancianos bajo la atenta mirada de un búho, que aunque quiso entender lo que pasaba, y se fijó mucho, no entendió nada. Y encogió sus "hombros” como pensando, y a QUIÉN le importa.

AL DÍA SUIGUIENTE, AL POCO DE CAER LA NOCHE

-Hola, buenas noches amor. Veo que ya vienes preparado con la pala.
-Si cariño, y con unas ganas de encontrar algo valioso, algo que nos haga ricos.
Ahora que te miro mejor, estás preciosa ¿Cómo te lo haces para estar así de atractiva a estas horas de la noche?
-Será porque me fijo en lo que le gusta a mi chico para poder ponérmelo en ocasiones, digamos, especiales.
-Estás de cine, pero dejemos eso de momento.
-Sí, la noche puede ser larga.

Se dieron la mano y se pusieron a caminar hacia el gran árbol, cada uno ensimismado en sus pensamientos y sin mediar palabra.


Los ancianos con los nervios a flor de piel estaban escondidos cerca del gran árbol.

La noche anterior, después de enterrar su preciado tesoro, y con la intención de volver a su domicilio, al alejarse, escucharon ciertos ruidos detrás de sí, y eso les hizo retroceder con mucha cautela. Fue para ellos una gran sorpresa encontrar a la pareja justo en el lugar donde ellos habían enterrado la caja.
Estando escondidos, oyeron a duras penas que los jóvenes volverían a la noche siguiente y mejor preparados, todo para saber qué secreto guardaba el gran árbol milenario escondido bajo tierra.

Cuando los ancianos no podían estar más nerviosos, vieron a lo lejos una luz que se acercaba poco a poco. Parecía la luz de una linterna alumbrando el camino elegido por alguien. La noche era especialmente oscura, como boca de lobo, por lo que iban con mucha precaución. Los ancianos se miraron, pero no se vieron, fue por eso que les alegró ver una luz, por muy pequeña que fuese.

-María ¿Qué hacemos si pretenden llevarse la caja?
-No lo sé, espero que si ven que tan sólo contiene una historia, dejen todo donde lo han encontrado.
-Y si no sucede así ¿Qué hacemos?
-Si pretenden llevársela, creo que con salir los dos gritando a la vez diciendo cosas como en lenguas antiguas, dejarán la caja y no creo que vuelvan nunca más a acercarse a un bosque.
-Sí, es buena idea. Estoy de acuerdo.
-Entonces quedamos así. Y ahora vamos a callarnos que no nos han de descubrir.
-¿Dónde estás vieja? Estoy nervioso, dame un beso. MUA
-Y ahora nos toca estar calladitos. shhh.

-Por fin ya estamos ante ti, gran árbol, concédenos el placer de saber qué esconden tus tierras.
-¿Quieres dejar de decir estupideces? Empecemos a cavar, que no quiero estar aquí toda la noche.
-Tienes razón, aún estoy cansado de ayer.

15 MINUTOS DESPUÉS Y BAJO LA ATENTA MIRADA DE TRES PARES DE OJOS (SI, TRES, NO OS OLVIDEIS AL BÚHO, QUE ES MUY CURIOSO)

-La pala ha tocado algo, creo que ya la tenemos.
-Menos mal, ya me estaba impacientando.
-Enfoca allí, justo allí ¿La ves?
-Sí, es la caja. No parece muy grande.
-Dicen que en el bote pequeño está la mejor confitura.
-¿Que no has cenado? Menudo chasco si dentro de la caja hay un bote aunque sea con la mejor confitura.
-No digas tonterías, con lo nerviosa que estoy y tú diciendo tonterías.
-Creo que ya está.
-Espera, intentaré cogerla.
-No muevas tanto la luz y enfócame bien.
-No tonto, a mí no, a la caja.
-Déjame cogerla ¿Pesa mucho?
-No, no pesa. Lo que contiene no debe pesar mucho.
-Vamos, ábrela.
-Espera, esos ancianos la cerraron a conciencia.
-Déjame a mí.
-Ni hablar, qué te has creído. Más vale maña que fuerza, mira, ¿Ves? Ya se abre.
-¿Qué contiene?
-Es un escrito, una carta, un texto, yo qué sé.
-Déjame ver. Enfoca bien. Mira, es una fotografía de un hombre y una mujer que parecían estar muy enamorados.
-¿Por qué dices que parecían enamorados?
-Porque esta foto tiene un montón de años. Espera, detrás de la foto pone algo:
"El primer día que nos vimos y que Dios guarde en nuestras retinas para siempre este mágico momento".
-¿Qué pone la carta?
-Ahora la leemos. Según parece no es ningún mapa del tesoro, ni nada parecido.
-Nuestro gozo en un pozo.
-Ya que estamos aquí, leeremos lo que pone.
-Léemelo, estoy cansada de forzar la vista.
-¿Has visto? Viene plastificado y está escrito con una caligrafía excelente. No sé si me gustará el contenido del escrito, pero la presentación es muy buena, lo han hecho con mucho gusto.
-Me parece muy bien, ¿Quieres empezar a leer?

-Vieja, que la van a leer.
-Eso es una buena señal, quizás si la leen, la volverán a dejar donde la encontraron, pero calla, que nos pueden oír.

Nos llamamos María Fuentes Silencio y Pedro Bastante Hernández. Nos conocimos en el año 1.944 en circunstancias algo anormales para la época, y este es el motivo que nos ha movido a contar nuestra historia de amor que hoy aún vive después de 60 años, y con este escrito y su recuerdo, pretendemos que perdure todo el tiempo posible.

ENAMORADOS EN TODOS LOS SENTIDOS

Cuenta una leyenda, que se citó con una mujer. Acordaron en los ojos llevar una venda, para no poderse ver.
Fue en un principio el oído, por casualidad su primer sentido,
y quisieron probar el segundo plato, quisieron probar el olfato.
Después de olerse como animales, de maneras un tanto anormales, quisieron pasar al tacto, y los dos hicieron un pacto: Se tocarían sólo la piel, él la de ella, ella la de él. Y así lo hicieron, se rozaron, se tocaron, sin poderse probar, sin poderse ver.
Y quisieron ir más allá. Cuenta la leyenda, que tenían muchas ganas de citarse sin venda para poder verse, ella al hombre, él a la mujer; pero se citaron con ella.
Les faltaba también el gusto, y no querían llevarse ningún susto, ningún disgusto.
Se probaron, se mordieron, se besaron, y el cuarto sentido les gustó tanto o más que los otros tres.
Y quisieron ir más allá. Se citaron en un lugar en el que había miles y miles de personas más.
El día elegido y sin venda se empezaron a buscar. Cada uno por su lado, iba buscando a su ser amado, observando a la gente, mirando a los demás, intentando descubrir algún indicio, alguna señal. Pero no se oían, no se olían, no se tocaban, no se besaban. El día fue cediendo terreno a la noche y cuando casi no había luz solar, se vieron desde lejos, se empezaron a aproximar, y al estar uno frente al otro, dice la leyenda, que se dieron la mano y desaparecieron del lugar, caminando entre Luna y estrellas.
Y dice que se amaron tanto, que de verdadera historia paso a ser leyenda.


Fechado el 11 de junio del 2004


El chico, cuando dejó de leer, miró a la muchacha, y vio que estaba llorando.

-Es una historia preciosa. Me ha gustado mucho. Ojala tú y yo estemos tanto tiempo queriéndonos.
-Mira, hay algo más. Otra foto.
Parece que esta foto es reciente, si, tiene fecha de ayer, son ellos, sí, la pareja ancianos y además tiene algo escrito por detrás.
-¿Qué pone?
-Pone:
Gracias a Dios por hacer que aunque la vista la tengamos cansada, casi seca, nuestros corazones posean, no la foto del primer día que nos vimos, sino el largometraje de toda una vida plena y llena de amor. De aquí a la eternidad sólo va un paso que pronto daremos, aunque prisa no tenemos, es nuestro todo el tiempo del mundo.

-Mujer, no llores.
-Es que es una historia increíble, tenemos que dejar todo como lo hemos encontrado, que nadie sepa que hemos estado aquí.
-Si, creo que será lo mejor. Voló mi tesoro, como un pajarillo migratorio.
-No ha volado, nunca ha existido.
-Tienes razón. Mi tesoro eres tú, y estoy contento porque estas conmigo.
-Enterrémosla, y vayámonos. Me ha dado que pensar esta historia.

MIENTRAS EMPEZABAN A ENTERRAR

-Viejo, la vuelven a enterrar.
-Mejor, si son los únicos que saben que está aquí, y la vuelven a enterrar, aquí se quedará.
-Bésame viejo.

-Por fin, ya está todo como lo encontramos
-¿Me vas a querer tanto como se ha querido esa pareja?
-Mujer, mucho me estás pidiendo, pero lo intentaré. Aunque lo nuestro empezó diferente.
-Eso es lo de menos, lo importante es que reine el amor, el respeto.
-Que te conozco. Vamos andando.

POCO A POCO LA PAREJA SE FUE ALEJANDO DE LA MIRADA DE LOS 3 PARES DE OJOS.
TRAS DE ELLOS, SALIÓ LA PAREJA DE ANCIANOS QUE IBAN COGIDOS DE LA MANO A UNA DISTANCIA LO SUFICIENTEMENTE PRUDENCIAL PARA NO SER VISTOS. Y MIENTRAS SE ALEJABAN, UN BÚHO GUIÑÓ LOS DOS OJOS A LA VEZ, PERO NADIE LO VIÓ ¿A QUIÉN LE IMPORTA? QUEDARON COMO TESTIGOS MUDOS LA LUNA, SUS AMIGAS LAS ESTRELLAS, EL ÁRBOL MILENARIO, EL BOSQUE, EL TIEMPO, Y ALGÚN QUE OTRO LECTOR ESCONDIDO ENTRE BAJOS ÁRBOLES Y MALEZA ALTA.

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Quiero dar las gracias por el pulido del texto a:
CLARALUZ

Texto agregado el 26-05-2007, y leído por 104 visitantes. (0 votos)


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