Y mirar el anaranjado atardecer y mirar tus ojos cándidos.
Tu cara de interrogante.
Tu hermoso lunar. Esta noche te regalo una estrella.
Y te muestro la luna. La que refleja tu cara en el agua.
Yo me desnudo y tu te desnudas y caminamos entremedio
de los sauces y de los juncos.
Me acerco a ti y te beso, tu olor revoluciona mis hormonas.
Un escalofrío recorre mi cuerpo.
Tu estas nerviosa, tan nerviosa que tu silencio me incomoda.
Yo estoy más nervioso, hace tiempo que no he tenido ese
tipo de experiencia con una mujer.
Nos acostamos en el pasto y te contemplo y te contemplo.
Nuevamente miramos las estrellas.
Lentamente entro en tu cuerpo, suave muy suave.
Mi respiración se confunde con la tuya.
Te beso y me besas, como no olvidar esos labios carnosos.
Y lo hacemos con ritmo de letanía. Al ritmo de nuestros corazones.
Siento tu humedad y nuestros olores de macho y hembra se confunden,
Te beso nuevamente y luego beso tu oreja.
Lo más bonito pronto llega, acabamos juntos.
Y déjame explicarte es una experiencia inigualable.
Dar y recibir placer al unísono, dar y recibir amor.
Amor por amor, ternura por ternura.
Lo volvemos a hacer, todo lo pendiente se resuelve,
hay más juego ya no hay nerviosismo.
Esta vez estamos muy cansados.
Nos vestimos y nos quedamos boca arriba contemplando
las estrellas y el universo.
Sin querer nos quedamos dormidos y
el sol nos despierta muy temprano. Hay muchos animales
salvajes contentos con nosotros. No les molesta que compartamos
su espacio.
Hace tan poco tiempo que te conozco y lo mucho que te quiero.
Corto una rosa y te la regalo, me agradeces y me besas.
Eres la mujer más bella del mundo.
Me encantaría que fueras la madre de mis hijos.
Y que viviéramos inclusive juntos por la eternidad.