Es para darse cuenta que no es verdad que nadie se entiende en un grupo de vida, que a veces creemos que nos hacen sentir con responsabilidad cuando esa palabra tan dura uno debe verla como linda y linda nada más, y si creermos que todo es triste (El Recibo es algo fraterno) estrechenlo en su pecho y encontrarán la sonrisa. Esa sonrisa que son consonantes y vocales nos mostró. Y a ti mi pequeño/a sabes cuanto "Te amo".
En el tic-tac del tiempo, en un pequeño apartament llegó una pequeña bolsita de recuerdos. Esos Recuerdos, recuerdos que hace que nosotros que vamos creciendo a través de una pequeña cena con alimentos muy sabrosos y agradeciendo por cada pedacito de bocado que tengamos a nuestro crecimiento. Así nace esta historia...
Una vecina de su mano trajo conmovida una pequeña bolsita.
Ahí se encontraban recuerdos de las horas de la Esperanza, se encontraban fotos, cartas y documentos, pero a la mujer lo que la conmovió fue un simple papel con una fecha muy lejana de más de 60 años atrás, !no lo podía creer! cuando sostuvo en su frágil mano llena de nerviosismo.
Un Recibo, si, un simple recibo que emanaba una luz diferente llena de brillantes.
Ella había perdido un familiar, creyó que parte de ella había sucumbido y no fue así. A pesar de que no había vivido en ese tiempo se vio reflejada como en un marco. Ese marco de nuestro propio rostro que a veces no tenemos presente, nuestro Amor de Familia.
Amor a saber que tenemos "Hogar" y si creemos que no tenemos en verdad existe. Porque el Recibo es ese afecto lejano a la palabra "factura", el recibo es , a mis amiguitos de guarderías, jardincitos de primaria, secundaria e inclusive de universidad y de trabajo, con ese recibo pudo entender la paz. Ella vio estrellas a su alrededor porque no había en ese papel antiguo amarillés alguna, esa mano le había traído que nada en el correr de las horas lejanas todo seguía intacto, porque en ningún momento hubo dejado de tener "Vida".
Silvia Terreza Amén |