Llevas toda la tarde aporreando el teclado. Después de pensar, escribir, borrar, mirar al techo y dar vueltas en tu silloncito de ruedas durante horas, resulta que no tienes un cuento como pretendías, ni siquiera un final rotundo o un comienzo brillante. Después de todo el trabajo, sólo tienes una frase: “el miedo es azul”
Bueno, al menos, piensas que la frase es buena: “el miedo es azul”. Es corta, vale, pero no negaréis su fuerza y su poder de evocación. Seguramente sea hasta una figura retórica de esas impronunciables.
Decides guardar la frase por si algún día escribes un poema lo suficientemente críptico como para aguantar la frase sin caerse a cachos.
Pero antes de guardar la frase en cuestión –y ahora viene el drama- decides buscar en el google la frase entrecomillada “el miedo es azul”.
Y… MIERDA, ya hay dos entradas con “el miedo es azul”
Buscas con “el miedo es verde” joder, otras dos entradas.
“el miedo es amarillo” también tiene una entrada.
¿Qué pasa no quedan colores libres?
“el miedo es gris” cogido
“el miedo es negro” también
“el miedo es rojo” siete entradas, esto va a peor
“el miedo es blanco” cinco entradas
“el miedo es marrón”tres entradas
“el miedo es naranja” Por fin, libre.
“El miedo es naranja” no es lo que si dice una frase para enmarcar, pero es mi frase. Ya tengo garantizada la originalidad. Qué es mucho, no os penséis.
"por ti daría la vida" tiene aproximadamente 10500 entradas
"eres lo mejor que me ha pasado" tiene aproximadamente 21900 entradas
"estoy más triste que nunca" sólo 705
"nunca me separaré de ti" 605
"tus labios son rojos como…" tiene 53 entradas
Son unos ejemplillos. Ah, y recordar “el miedo es naranja”. Sé que jode, pero ya está registrado.
|