Muere la humanidad, en la niñez de un mundo joven.
El hombre perdió toda omnipotencia, y el futuro ya no se divisa en las aquel grano de arena, posado en las manos del destino.
Vivimos en la época de la exageración y la hemoglobina.
La edad de plástico.
¿ Cuándo vamos a entender que nos estamos matando los unos a los otros?
Bella flor, ¿en qué mal te haz convertido?
El inconciente colectivo se deteriora de a poco.
Los sonidos comienzan a callar.
Las bocas, a cerrar.
Nunca cayeron las vendas de nuestros ojos. No pudimos ver nuestra realidad.
La naturaleza antinaturista de nuestras almas, cedió por entero a la tentación.
El placer de destruir.
Ya no somos el futuro prometedor, que otras generaciones consideraban. Ya no somos.
El agua ya no llueve.
Los pobres se retuercen de hambre.
El cáncer se hizo crónico.
El sistema se estanca.
Y los monarcas llenan sus estómagos de desinterés.
La humanidad muere ahogada en tribulaciones.